"Tengo muchas esperanzas de ver el año que viene al Oviedo en el Camp Nou". Así responde "Lobo" Carrasco cuando se le recuerda su etapa como entrenador oviedista, en la temporada 2007-08, en Tercera División: "Entonces había muchos problemas. Cuando un club no tiene buena organización vienen las consecuencias. Ahora veo un plan financiero y muchas cosas que han influido en que el club esté en la línea de la profesionalización total".

Y matiza: "Trabajé a gusto porque la plantilla, la gente, todo el mundo se entregó. Recuerdo tardes bonitas en el Tartiere, de sentirnos reconocidos. Me hubiese gustado llegar al Oviedo de jugador porque con el balón en los pies habría podido ayudar muchísimo más. Pero no pude elegir y me tocó estar en la etapa de entrenador. Hice todo lo que pude. Ojalá hubiese sido en otro momento. Porque cuando un club está en bancarrota es muy difícil trabajar".

Aún hoy está convencido de que, con él en el banquillo, el Oviedo hubiese dado la vuelta al 4-1 de Caravaca: "Yo estaba en la selección que le hizo un 12-1 a Malta. Salí del partido en Caravaca convencido de que podíamos remontar. Porque teníamos argumentos y a 20.000 personas en el Tartiere. Seré el primero en alegrarme de que el Oviedo suba".

Asegura que tuvo ofertas para entrenar, pero desde 2008 prefirió rienda suelta a su vocación periodística: "Me lo paso bien en los medios". Incluso en alguna tertulia de televisión subida de tono: "Soy del Barça, pero intento argumentar y reconocer las cosas. Yo tiro para el balón, soy leal a mi filosofía de fútbol".