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Jean Jacques, el "doce" de la Roja

Nacido en el Congo, criado en Rusia y nacionalizado español, sigue a la selección por el mundo con una pancarta que dice: "España me da de comer, no es racista"

El gorro de Jean Jacques. JUAN PLAZA

"Lloré cuando Lopetegui dio su primera convocatoria y no estaba el capitán Iker Casillas". Por encima de cualquier otro equipo, este personaje que el pasado viernes causó sensación en las gradas de El Molinón es seguidor acérrimo de la Roja. "La primera vez que vi jugar a España fue en Sevilla contra Inglaterra en 2009. Me enamoré de la selección española y decidí seguirla por todo el mundo". Jean Jacques Ebolo Ngala ha seguido a España a Helsinki (Finlandia), a Eslovaquia, a Francia en dos ocasiones y por toda España. Su presencia en El Molinón en la victoria ante Israel es ya su segunda visita a Asturias. "Cuando jugamos contra Eslovaquia estuve en Oviedo".

La suya es una historia apasionante que resume la capacidad de integración del ser humano. Jean Jacques Ebolo Ngala nació hace 51 años en la ciudad de Usangu, en la República Democrática del Congo (antiguo Zaire o Congo Francés, como dice él mismo). Enseguida se mudó a la Unión Soviética, donde creció, primero en los territorios que ahora forman Ucrania y más tarde en Rusia, donde completó sus estudios universitarios y se doctoró. La primera vez que llegó a España fue en 2007, aunque por el medio vivió ocho años en la localidad inglesa de Ascot, antes de regresar definitivamente en diciembre de 2014 y asentarse en Jerez de la Frontera. Allí tiene una pequeña academia en la que da clases de Matemáticas, Física, Química y Biología. Puede hacerlo en inglés, francés y español. También imparte clases de estos idiomas y de ruso. Es, antes que nada, un hombre educado, que agradece reiteradamente la llamada de este periódico y aprovecha para lanzar un mensaje de reconocimiento a España.

Jean Jacques se hizo famoso al aparecer en una fotografía de LA NUEVA ESPAÑA luciendo una pancarta, durante el partido entre España e Israel, con un llamativo mensaje: "España me da de comer, España no es racista". Este aficionado a la Roja lleva paseando esta pancarta desde que la estrenó en el Sánchez Pizjuán en un España-Ucrania en marzo de 2015. El mensaje no es aleatorio y tiene una doble justificación.

"Desde fuera se ve a España como un país racista, que no trata bien a los negros, como si fueran de segundo nivel. Y eso no es verdad. España acepta a las personas de color, las integra y les da la oportunidad de vivir", sostiene, al tiempo que censura a los que "consiguen el pasaporte en España y se van a residir a otro país europeo sin hacer nada para agradecérselo".

El otro gran motivo que le impulsa es una crítica a los que considera sus paisanos, es decir, los españoles. Porque a Jean Jacques no le gusta considerarse inmigrante. Renunció a la nacionalidad del Congo a favor de la española y no comparte la actitud de algunos españoles que han tenido que emigrar a otros países y no parecen, según él, recordar su patria: "Me molesta que los españoles que se van al extranjero muchas veces se olvidan de España y no quieren reconocer que son españoles. Su frase favorita es 'España no me da de comer'. Hay españoles en Alemania e Inglaterra que no saben dónde está el Consulado".

Aunque practicó el voleibol, el fútbol le gustó como "a todos los chicos de mi barrio". Su jugador favorito fue el ruso Igor Dobrovolski, aunque reconoce que "Maradona es un icono del fútbol". En la selección española no hace distingos, le gustan todos, pero si pudiera conocería en persona a Iker Casillas, Iniesta y Puyol. No puede disimular su debilidad por el portero, del que espera que "algún día vuelva a la selección, aunque sea como entrenador de porteros".

Ya planea nuevos destinos. "Estoy preparando el viaje a Israel y no me pienso perder el partido ante Italia". Siempre con su camiseta roja, siempre con su pancarta.

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