El Avilés consumó ayer lo que llevaba tiempo queriendo hacer: destituir a Pablo Lago como entrenador. La decisión se ejecutó ayer, con el equipo en segunda posición a cuatro puntos del líder y a falta de tres jornadas para la finalización de la Liga, pero llevaba tiempo tomada y estaba a la espera de que hubiera un recambio. Ya lo hay: se llama Paco Parreño, cordobés, tiene 67 años, una amplia trayectoria como entrenador y una experiencia de un año en el equipo avilesino. Parreño, que ayer ya posó con la camiseta blanquiazul, fue entrenador del Avilés hace 19 años, en la temporada 1998-1999, con el equipo en Segunda B y la reinauguración del Suárez Puerta. El nuevo técnico, a quien los gestores del club fían el ascenso de categoría, llega con Blas García como ayudante y se pondrá mañana mismo manos a la obra. "Hay que dar un paso al frente y ser valientes", señaló ayer, optimista, durante su presentación. "El entrenador tiene que saber que mandan las circunstancias y los objetivos. El Avilés tiene que ser muy atrevido desde el calentamiento. No podemos estar con dudas con un equipo como éste en Tercera", recalcó.

El entrenador saliente, Pablo Lago, se fue ayer sin hacer ninguna declaración. El equipo había encadenado dos pinchazos ante Tuilla y Ceares. Su marcha cierra una etapa de casi dos años al frente del club. Lago ha llevado al equipo al play-off en los dos cursos que lo ha entrenado. Su destitución lleva flotando en el aire desde hace meses, pero nadie esperaba que se consumara ayer mismo de forma tan repentina. Los gestores del Avilés esperaron a tenerlo todo amarrado para dar el paso. Ayer por la tarde, rondando las cinco, hicieron oficial la destitución de Lago y, tres horas después, presentaron a Parreño. Todo calculado, sin tiempo que perder.

Parreño llegó ayer de la mano de José Luis Tamargo, director deportivo, al Suárez Puerta, lugar escogido para la presentación y la primera foto oficial. Allí explicaron que los flecos del acuerdo para la incorporación de Parreño y de Blas García al Avilés se cerraron ayer mismo.

"Cuando me fui de aquí me fui llorando de Asturias y de Avilés, porque dejaba atrás mucho más de lo que habría imaginado", dijo Parreño, que afirmó que tiene muchos partidos a sus espaldas, pero que tenía la espina clavada del Real Avilés. "Siempre soñé con volver y pensé que no iba a cumplir el deseo, pero aquí estoy", explicó y destacó que no es agradable que sea "a costa de un compañero". No es la primera vez que los gestores han hablado con Parreño, pero hasta ahora no se había dado el paso. Carreño tiene una larga experiencia en los banquillos, iniciada en los Ochenta. La última vez que había sido entrenador fue en la 2014-2015 en el Rayo Ibense. Hasta ahora impartía clases de Educación Física.