El Club Atlético Universitario (CAU) es difícil de entender sin el trabajo de personas como Ramón Ballesteros, fallecido el miércoles a los 81 años y que fue enterrado ayer en Oviedo. "Era muy del CAU", coincidían ayer Quico Veiga, Fernando "El Capi" y "Chuchi" Dávila, tres personas que conocieron muy bien a "Ramonín", como le llamaban todos. Para ellos, Ballesteros representaba una forma de trabajar y relacionarse que se ha perdido en el organismo que gestiona el deporte de la Universidad de Oviedo.

Manolo García, un histórico director del servicio de deportes de la Universidad, fue el que introdujo a Ballesteros en el ambiente de las instalaciones del San Gregorio. A "Ramonín", que había nacido en Madrid, no le costó empaparse del sentimiento deportivo que, desde mediados del siglo pasado, convirtió a la Universidad de Oviedo en una referencia en toda España.

"Era muy futbolero", destaca Veiga, exjugador del Uni. Pero "Ramonín" también se volcaba con las secciones de baloncesto, atletismo y cualquier actividad relacionada con la Universidad. Como secretario del servicio de deportes del CAU, Ballesteros llevaba el peso de todo el trabajo administrativo en las oficinas del San Gregorio, pero también estaba a pie de cancha o de campo.

Al margen de sus cualidades para la gestión, los que le conocieron durante su etapa laboral destacan de Ballesteros su personalidad. "Era muy discreto, nunca tuvo afán de protagonismo. Y, además, espléndido y muy honrado", recalca Veiga. Como prueba de la huella que había dejado entre la gente que trató en la Universidad, Quico Veiga apunta que al homenaje que se le brindó a "Ramonín" antes incluso de su jubilación asistieron más de doscientas personas.

Ayer también quedó claro el afecto que despertaba Ramón Ballesteros. A su funeral, celebrado en la parroquia de los Santos Apóstoles de Oviedo, oficiado por J. A. Bande, adscrito a la parroquia, al que ayudó el párroco de Pruvia Juan Carrio, asistieron además de sus familiares, encabezados por su hermano Francisco, el rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda; la vicerrectora de Recursos Materiales y Tecnológicos, Marta María Hernando Alvarez; el actual jefe del servicio de Deportes, Andrés Llavona y numerosos exdeportistas que pertenecieron a los distintos equipos universitarios. Tras la misa, Ramón Ballesteros recibió sepultura en el cementerio de El Salvador.