El Movistar Inter reconquistó ayer el fútbol sala europeo con un ejercicio incontestable y concluyente contra el Sporting de Lisboa, al que dominó, desbordó y goleó en la final en el Almaty Arena de Kazajistán (0-7) con la determinación, la claridad y la rotundidad del campeón más laureado. Es la cuarta Copa de Europa de su historia, la primera desde 2009 y la revancha de la final perdida hace un año.