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Zidane rejuvenece a Ronaldo

El técnico ha conseguido que Cristiano llegue a tope físicamente al final de temporada gracias a los descansos en la Liga

Cristiano Ronaldo y Zidane hablan durante un parón del Madrid-Atlético del martes en el Bernabéu. PAUL HANNA / REUTERS

En sus primeros siete años en el Madrid, nadie había logrado convencer a Cristiano Ronaldo para que dosificase sus esfuerzos. Ni se lo plantearon Pellegrini y Mourinho, que disfrutaron de un Ronaldo en plenitud. No se atrevió Carlo Ancelotti y apenas tuvo tiempo Rafa Benítez. Amagó tímidamente Zinedine Zidane en su primera temporada, con alguna sustitución mal recibida por el portugués. Pero el bajo rendimiento de CR7 en las semifinales y la final de la Liga de Campeones acabó de convencerle. Desde principios de 2017, Zidane liberó a Ronaldo de compromisos ligueros de bajo riesgo y durante el último mes ha recogido los frutos: ocho goles que ponen al Madrid a un paso de la duodécima Copa de Europa.

Los triunfadores. Del Madrid redondo del martes en el Bernabéu emergieron dos grandes triunfadores. Ronaldo, como punto y final del buen juego de su equipo con tres goles. Y Zidane, tanto por la gestión de la plantilla durante toda la temporada como la preparación del partido y sus movimientos durante los 90 minutos. Liberado de la BBC por la lesión de Bale, Zidane dio carrete a Isco, que sin brillar como en otros partidos resultó determinante para el control del centro del campo. Dio libertad al malagueño en los primeros minutos para que se moviese por detrás de los dos delanteros y después, ya con ventaja en el marcador, lo situó en el costado izquierdo, por donde el Atlético cargó el juego de ataque.

La importancia del banquillo. Zidane no sólo le ganó la partida a Simeone en el planteamiento inicial, sino que ayudó a dar la puntilla a la eliminatoria con los cambios del segundo tiempo. Revitalizó al equipo, que se había resguardado tras el descanso, con la entrada de Marco Asensio por Isco, que tenía una tarjeta y notaba el cansancio. Y volvió a acertar con el cambio de Lucas Vázquez por Benzema. Con el Atlético obligado a arriesgar por el 2-0, la rapidez y verticalidad de Lucas Vázquez resultaron determinantes, como se demostró en la jugada del tercer gol.

Fondo de armario. Antes, con la lesión de Carvajal, ya pudo apreciarse otro de los beneficios del modelo de gestión de la plantilla de Zidane. Nacho, un jugador que apenas había tenido protagonismo hasta esta temporada, entró en el partido sin problemas gracias al rodaje de los últimos meses, en parte gracias a las bajas de los centrales. Es uno de los ejemplos de la confianza de Zidane en los integrantes de la llamada segunda unidad, o plan B. Casilla, Kovacic, Lucas Vázquez, Isco, James, Marco Asensio y Morata han tenido el protagonismo suficiente para entrar en un choque tan importante como el del martes y aportar al equipo.

Los dueños de Europa. Pese a que es el líder virtual de la Liga, el mejor Madrid ha aparecido con la llegada de la verdadera Copa de Europa. Tras una fase de grupos que completó a trompicones, hasta el punto de ser superado por el Borussia Dortmund, el Madrid se ha disparado en las eliminatorias. Encarriló los octavos con un 3-1 frente al Nápoles en el Santiago Bernabéu y estuvo a la altura de su prestigio en el exigente cruce con el Bayern Munich, resuelto en la prórroga. Y en semifinales, cuando todo el mundo preveía un duelo al límite con el Atlético, como casi todos desde la llegada de Simeone, el Madrid saltó al campo con el cuchillo entre los dientes. Marcó territorio y supo marcar los tiempos hasta conseguir el resultado soñado.

El "defecto Simeone". Mientras que Zidane y el Madrid salen reforzados, para Simeone y el Atlético es un golpe que puede afectar incluso a la continuidad del entrenador. Tanto en las dos finales como en los cuartos de final de la temporada 2014-15, el Atlético había llevado a su rival hasta el límite. Esta vez, salvo vuelco inesperado en la vuelta, han quedado claras las diferencias entre los dos grandes madrileños. Sin opciones de luchar por el título de Liga, Simeone se había volcado en la Copa de Europa, la obsesión "colchonera" desde 1974. Ahora se abre un gran interrogante, pese al compromiso del "Cholo" de pilotar el traslado al Wanda Metropolitano.

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