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Fútbol es fútbol

Las antorchas y la Luna

El "pupas" atlético y el "gen" madridista es la manera de inventar nombres que lo expliquen todo sin solucionar nada

No he observado una disminución en la euforia de los madridistas por el hecho de haber destrozado, una vez más, el sueño europeo de sus enemigos íntimos del Atlético. El 3-0 del Bernabéu en la semifinal de la Liga de Campeones es una victoria tan enorme y tan elocuente que deja poco resquicio a la imaginación en el partido de vuelta en el Calderón; pero, además de eso, los tres goles del insaciable Cristiano Ronaldo fueron recibidos por la afición blanca de una forma tan sonora que un espectador desprevenido podría creer que se trataba de la ruptura de una tradición de derrotas ante el Atlético de Madrid, y no la continuación de una cadena de victorias que casi parece rutinaria. El gran Aristófanes tenía razón: las personas nunca tienen riqueza suficiente. Y las personas aficionadas al fútbol, más que nadie.

La comida, la bebida, el sexo o tomar el sol en una playa de una isla griega terminan por saciar el apetito, la sed, el deseo o el ansia de sol. Pero el apetito de victorias, la sed de títulos, el deseo de arrancar la gloria al eterno rival o el ansia de acumular copas de Europa en las vitrinas no tiene límite. El Atlético de Madrid sigue siendo "el pupas" cuando se trata de la Liga de Campeones pero, como dice el biólogo evolutivo Sephen J. Gould, inventar un nombre no puede confundirse con la solución de un problema. De acuerdo, el Atleti tiene un problema con la Copa de Europa en general y con el Real Madrid en particular, pero atribuir este problema a la tradicional manera de palmar de los colchoneros no nos dice gran cosa. El Madrid gana, y gana, y gana, y gana, y gana y vuelve a ganar, pero decir que las victorias del Madrid se deben a un "gen" ganador que se transmite temporada tras temporada a los futbolistas que fichan por el equipo de Di Stéfano tampoco dice mucho. El "pupas" atlético y el "gen" madridista es la manera que tenemos los futboleros de inventar nombres que lo expliquen todo sin solucionar nada. Nadie sabe por qué el Atlético parece incapaz de ganar una Copa de Europa y por qué el Madrid a veces parece incapaz de perder una Copa de Europa. Es algo que está más allá de la diferencia en los presupuestos, de la distancia que separa a Griezmann de Ronaldo y del abismo entre el banquillo colchonero y el banquillo merengue. Es otra cosa. Es el sentimiento trágico de la vida de los atléticos y la confianza madridista en que su equipo encarna el desenvolvimiento del Espíritu del fútbol. "Pupas" o "gen", lo que está claro es que los atléticos no se cansan de perder (como se demostrará con el confiado llenazo en el Calderón en el partido de vuelta) y los madridistas no se cansan de ganar.

Decía también Aristófanes que la luz de la Luna ahorraba a los ciudadanos atenienses una dracma al mes en concepto de antorchas. ¿Cuántos disgustos ahorra a los atléticos saber que van a perder con el Madrid en semifinales o, lo que es peor, en la final de la Liga de Campeones? ¿Y cuánta luz ahorran los madridistas gracias a la Luna de la Liga de Campeones? Mientras los aficionados de otros equipos tienen que gastar dinero en antorchas, los madridistas se limitan a pasear bajo la luz de la Luna europea y, así, ganar todas las discusiones futboleras. Podemos saciar el hambre y la sed, pero ningún futbolero se cansa de ganar. La antorcha de la confianza de los atléticos en una remontada histórica ante el Madrid está muy bien, pero la blanca luz de la Luna (o del "gen") ahorra muchas antorchas a los madridistas y, por lo tanto, muchas dracmas que se invertirán en el fichaje galáctico de turno. Y vuelta a empezar. Ya sé que no debemos confundir la invención de un nombre con la solución de un problema, pero podríamos decir que el problema del Atlético de Madrid con la Copa de Europa no está en su esencia "pupas", sino en el gen lunático del Real Madrid.

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