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Mucha tela que cortar

La respuesta del OCB a los desafíos tácticos del Ourense, clave

Resulta ingenuo sacar del choque del viernes ante el Ourense alguna reflexión positiva más allá de que se trata de una eliminatoria al mejor de cinco y queda, por tanto, mucha tela que cortar. Porque lo preocupante no es que el rival estuviera más acertado, ni que saliera más enérgico y con una mentalización más adecuada. El partido no se decidió por detalles. El problema fue que los gallegos ganaron la batalla táctica de principio a fin.

Puede que el OCB, como ha demostrado en otros momentos de la temporada, tenga una racha temprana de acierto y coja ritmo. Y que, una vez engrasado, defienda mejor. Es más que probable que el asunto reboteador se nivele (parece casi imposible repetir la diferencia de 17 a 44 rechaces salvo que el cinco local juegue con los ojos vendados). Pero urge dar una buena respuesta a la generación de juego de los exteriores gallegos, que rompieron la imbatibilidad de los asturianos en casa en el primer partido de la segunda vuelta y desgarraron el sueño de los play-off el pasado viernes.

El Ourense martirizó al OCB en los bloqueos indirectos para la salida de sus exteriores, respondidos con flashes cortos de los pívots ineficaces para frenar el ataque. Los locales mostraron una obsesión, quizás instintiva, en frenar las penetraciones, con ayudas irreflexivas que permitieron una gran cantidad de tiros librados. A lo mejor hay que permitir más las entradas y organizar otras trampas defensivas a partir de ahí. En cuanto al efecto retardante de la zona press y a la desventaja bajo los tableros, se antojan más fácilmente corregibles.

En fin, hoy es otro día. Confiemos en que el Oviedo Baloncesto dé otra cara y pueda enderezar una eliminatoria que se ha puesto cuesta arriba.

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