La camiseta negra volvió a dar suerte al Ansa Oviedo. El equipo carbayón no ha perdido nunca con esa elástica y ayer no dudó en volver a vestirla para el partido de vuelta de la primera elminatoria por el ascenso a División de Honor. Le funcionó y seguirán adelante en esa lucha, en la que se jugará con otros tres equipos el ascenso a la máxima categoría femenina del balonmano español.

El Ansa Oviedo llegaba a este encuentro con la ventaja de haber ganado en el campo de las canarias la semana pasada por un gol de diferencia (26-27). Las de Alfredo Fernández no desperdiciaron esa renta y dieron una alegría a los alrededor de 600 aficionados que se congregaron en el Florida Arena.

La eliminatoria nunca pareció estar en peligro, con una renta de 4-0 al inicio del partido que marcó el resto del choque. La defensa fue una de las claves del choque, con un Ansa Oviedo que permitió muy pocas alegrías al conjunto canario. A pesar de la juventud del equipo, las carbayonas demostraron madurez y saber estar en un partido de tanta importancia. Ver a jugadoras aún en edad juvenil como la portera Inés o su prima Mada demostrar tanto talento y saber estar en el Florida Arena refleja el futuro que tiene por delante este equipo. Pase lo que pase en la definitiva lucha por el ascenso que tiene por delante (se disputará entre el 19 y 21 mayo) este equipo regreserá más pronto que tarde a la máxima categoría en la que debutó la pasada campaña y en la que no pudo lograr la permanencia.

El segundo tiempo siguió el guión del primero, con muy pocas concesiones en defensa. Los fallos en ataque eran compensados con buenas defensas y con las paradas de una Inés inconmesurable. En este equipo a una jugadora como Nazaret le toca poner la experiencia. La de Bolaños de Calatrava (Ciudad Real) cumplió con ese papel y también completó un partido excelso, contribuyendo a lo que fue una fiesta del balonmano ovetense, con un ambiente de excepción.

El Ansa Oviedo perdió esta temporada a jugadoras de la importancia de Aida Palicio, fuera de España con una beca Erasmus, o Irene Espínola, ahora internacional absoluta con la selección española. Las que llegaron a relevarlas han dado la talla y han vuelto a situar al Ansa Oviedo en lo más alto de la segunda categoría femenina del balonmano español. Lo que tienen por delante para regresar a lo más alto no es sencillo. Se medirán a equipos construidos para el ascenso y con más experiencia que ellas. Pero a este equipo conviene tenerlo siempre en cuenta.