Avilés, Albina FERNÁNDEZ

"Es una victoria reparadora porque veníamos heridos, y oportunísima porque no podría tardar una jornada más ya que, de no ganar, no se cual sería el clima y el ánimo y no se como habría quedado la autoestima". El técnico del Avilés, Paco Parreño, define así el triunfo ante el Urraca después de tres jornadas sin vencer, la peor racha de la temporada, que deja la pelea por el subcampeonato con Tuilla y Langreo para la última jornada. "Fue una reacción no estrictamente futbolística pero imprescindible, como es el estado de ánimo, porque algunas veces no gana el mejor si no el que está más convencido", añadió el entrenador blanquiazul.

El equipo avilesino remontó un tempranero gol de San Eloy en un partido que Parreño admite que "no fue con el juego brillante que queremos, pero no eran el campo ni el rival más adecuados y tampoco estábamos para más cosas". Y añadió. "Se metió corazón, que es importantísimo, y la muestra más palpable es la alegría que había en el vestuario y que hacía mucha falta porque ya hay otro ánimo y es otra historia, con caras descargadas de tanta tensión y amargura".

El técnico se queda con la satisfacción del segundo gol porque, explica, "habíamos ensayado el sábado esa jugada 20 veces", y señala que ya trabaja con la base del equipo que disputará el play-off porque "a estas alturas no caben los experimentos".

Parreño precisó que se quedaron jugadores sin vestir el domingo "porque sólo pueden estar 16", aunque, concluyó, "eso no quiere decir que no van a estar el domingo que viene (17.00 horas) en el Suárez Puerta ante el Colunga porque están entrenando de forma excepcional".