Tres años después de vencerle en la final de Roland Garros de 2014, Rafael Nadal logró por fin desquitarse y dominar a Novak Djokovic, defensor del título, por 6-2 y 6-4, para lograr la final del Masters 1.000 Madrid Open. Todo se conjugó para la victoria de Nadal, la 14 consecutiva en tierra esta temporada, y su octava final en Madrid. Su rival será el ganaador de la otra semifinal, que al cierre de esta edición disputaban el austriaco Dominic Thiem y el uruguayo Pablo Cuevas.

Djokovic necesitó 60 minutos para romper por primera vez el servicio de Nadal, pero su reacción fue tímida y corta. Acabó subiendo algo más su nivel en el segundo set, cuando Nadal sintió nervios, y no se entregó hasta la tercera bola de partido, pero le faltó la garra de otros momentos. "Ya tocaba", dijo Nadal en la entrevista en la pista. "Eran muchos partidos seguidos sin ganar un set", recordó. "Era importante porque significa seguir adelante con esta dinámica que llevo, y encima en Madrid con toda esta gente que me apoya", añadió. "Tenía que jugar bien, y es verdad que él ha cometido muchos errores. Luego, en el segundo set, llegaron los típicos nervios de no ganar a Djokovic después de tanto tiempo".

Nadal añadió: "Sé que Novak viene de hacer cambios, pero seguro que va a ser un rival que va a luchar por todos los torneos grandes. La clave es que mi pelota botaba mucho al principio y sus errores me daban confianza", dijo Rafa. "Sin asumir muchos riesgos dominaba a mi rival. En el segundo set he bajado la intensidad un poco por los nervios, y al final todo ha estado al límite".