En un momento en que los padres humillan al fútbol con peleas bochornosas en la grada y berridos inadmisibles en la banda, los hijos lo dignifican en el césped con lecciones como la del sábado en las instalaciones Tensi de Oviedo: un jugador del Sporting alevín consolando a otro del Oviedo alevín por una Liga decidida en el último partido.

Sucedió el pasado sábado. Sporting y Oviedo llegaban empatados a puntos a la última jornada. La victoria del Sporting (1-2) le dio la Liga y, al final del partido, en plena euforia rojiblanca y decepción azul, llegó una imagen que emocionó a España y conmovió a la red al ser difundida por este periódico el sábado.

Mauro Rodríguez, máximo goleador del Oviedo (45 goles), se echó a llorar desolado porque acababa de perder el título en el último partido y Vicente Carreño, (delantero del Sporting, 53 goleS), que podría ir a celebrarlo con sus compañeros, que podría ponerse a saltar y a gritar como haría cualquier chaval, que podría olvidarse de todo y dejarse llevar, se fue hacia Mauro, colocó las manos sobre sus hombros, juntó su cabeza contra la de su amigo y se puso a darle ánimos y a consolarle. Una lección de deportividad aplaudida en las redes sociales y en el mundo del deporte.

Los dos chavales posaron para este periódico el domingo, un día después de su abrazo tras el partido. "Estaba fastidiado y fui a consolarle", explicó Vicente, que idolatra a Luis Suárez. "Yo habría hecho lo mismo", contestó Mauro, cuyo ídolo es Toché. Entre los dos sumaron esta temporada 98 goles.

"La foto emocionó porque es un ejemplo para el mundo del fútbol", señaló Toni Rodríguez, padre de Mauro. "Dos chavales dando una lección. El fútbol es esto", añadió Damián Carreño, padre de Vicente.

La imagen de Mauro, residente en La Felguera, y Vicente, residente en Moreda, amigos ambos de la selección asturiana y estrellas de sus equipos, se volvió viral. Dos chicos dando una lección de deportividad en un momento en que se multiplican los casos de los padres pegándose en la grada.