Ni chicha, ni limoná. Ni frío, ni calor. Ni bien, ni mal. El Llanes ha culminado una temporada más en Tercera División dejando a sus aficionados con una sensación de indefinición muy acusada, pues el equipo, que empezó jugando un fútbol ya olvidado por estos lares llaniscos y maravillando a sus incondicionales, acabó sumido en un mar de dudas, principalmente las que se refieren a la experiencia competitiva. Contra equipos curtidos y muy profesionales, a los verdiblancos se les vieron las costuras, lo que provocó un regusto amargo, de lo que pudo haber sido y no fue.

Los chicos de Manolo Simón empezaron jugando muy bien, un fútbol combinativo a ras de suelo que resultó muy vistoso para el espectador. Pero cuando llegaron los equipos grandes, los siete de arriba casi seguidos, aunque siempre se dio la cara y en muchas ocasiones se mereció la victoria, lo cierto es que sólo se pudieron sacar empates: uno ante el campeón, el Sporting B, y otros tantos ante Covadonga, Langreo y Avilés, los dos últimos en la segunda vuelta. Pero, por ejemplo, se perdieron partidos que estaban ganados a pocos minutos del final, como ante el Marino en casa, cuando se encajaron tres goles en cuatro minutos, o frente al Oviedo B en el Requexón, 4-3 después de haber llevado ventaja.

El éxito de Simón no fue tanto el puesto final en la tabla, el décimo a catorce puntos del octavo, sino el juego desplegado y, sobre todo, la capacidad para llevar al jugador a su terreno y recuperar para la causa a algunos que parecían perdidos. Valgan los ejemplos del central Berto Toyos, imperial toda la temporada; del punta reconvertido a mediocentro Diego Arias, prodigio de regularidad insospechado y, sobre todos, del canterano Gael, jugador ofensivo siempre pero que pasó de haber logrado 2 tantos la temporada anterior a ser el pichichi llanisco en la actual, anotando 17 goles y superando ampliamente al supuesto fichaje estrella, Cristian.

Los resultados. En lo que respecta a los fríos números, esta temporada ofreció dos vueltas exactamente iguales, pues en ambas se obtuvieron 24 puntos. Destacó el equipo en la faceta defensiva, pues con 44 goles en contra fue el séptimo menos goleado, encajando en San José únicamente 16, el sexto mejor registro de los veinte competidores. Sin embargo, en el apartado ofensivo se desenvolvió mejor fuera de casa, donde marcó 29 goles, el sexto mejor, que en Llanes, donde sólo anotó 24 y fue el decimotercero clasificado, para un total de 53.

Se consiguieron 28 puntos como local, a base de 8 victorias, 4 empates y 7 derrotas, y 20 como visitante, ganando 4 choques, empatando 8 y perdiendo sólo 7.

Los jugadores. Manolo Simón utilizó un total de 21 jugadores, pero la cifra es totalmente engañosa. Si descontamos a tres juveniles que participaron poco y a Mallada, que jugó el primer partido y luego abandonó el club, la plantilla que tuvo a su disposición el entrenador estuvo formada por 17 elementos. Pero si además observamos a quiénes utilizó el preparador en sus alineaciones, observamos que Rubén, Raúl y Guitián jamás completaron un partido, a pesar de gozar de minutos en muchos de ellos, y que el meta suplente, Miguel Camino, sólo saltó al campo en cuatro ocasiones por lo que, en realidad, la mayoría de los encuentros Simón contó con 13 jugadores una y otra vez.

Esos trece de confianza fueron: Jose, Diego, Alonso, Berto Toyos, Pascual, Jorge, Dani, Cristian, Gael, Diego Arias, Bruno, Fuentes y Genaro. Además de los mencionados, los juveniles Armas, Arturo y Álvaro tuvieron distintos grados de participación, siendo la del último de ellos meramente testimonial.

Los que más jugaron fueron Diego, Berto Toyos y Gael, que lo hicieron en 37 partidos, los dos primeros además disputando todos los minutos, un total de 3.330. Pascual, Dani, Diego Arias y Cristian saltaron en 36 ocasiones al campo de juego, Alonso lo hizo en 35 y el portero Jose en 34.

En el apartado goleador queda dicho que Gael fue el mejor, con 17 tantos, seguido por Cristian, que logró 12 dianas. Les siguió Jorge, a pesar de su grave lesión, con 4 aciertos, y el bravo defensor Diego marcó 3. Alonso, Berto Toyos, Diego Arias, Bruno y el juvenil Armas hicieron 2 y Pascual, Dani, Rubén, Raúl, Fuentes, Genaro y el prometedor juvenil Arturo metieron uno por cabeza.

En cuanto al comportamiento con los colegiados, un año más se llevó la palma el impetuoso Bruno, que vio 13 tarjetas amarillas en 29 choques disputados. A corta distancia le siguió Alonso, que recibió 12 con la particularidad que dos de ellas las vio en el mismo encuentro y se convirtió en el único jugador verdiblanco en ser expulsado. Diego Arias fue amonestado en 10 ocasiones, lo que fue causa de que se perdiera sus dos únicos partidos de la temporada.

Lesión clave. No se puede concluir el repaso a la campaña 2016-17 sin aludir a un aspecto que pudo resultar clave; la lesión en la jornada 11 del veloz extremo Jorge. El parragués estuvo ausente diez jornadas que se hicieron eternas para el equipo, pues en ese lapso de tiempo sólo se ganó un partido, empatando cuatro y recibiendo cinco derrotas, justo cuando mejor estaba el equipo y venían los rivales más importantes.

Próxima temporada. Después de atractivo juego ofrecido esta temporada recién concluida, parece más que posible que se inicien conversaciones para la renovación de Manolo Simón al menos una campaña más. Con la junta directiva aún sin completar, y tras observar la enorme diferencia con la cabeza de la clasificación, que este año llegó a los 36 puntos, no están claros todavía los objetivos para el curso 2017-18. Pero al no haber descendido ningún equipo asturiano de segunda B, si alguno de los cuatro clasificados para el playoff logra subir no sería descabellado pensar que el club verdiblanco se marque como objetivo quedar más cerca de esas plazas que dan acceso a luchar por ascender.