Un descuento en una nómina fue el origen de la rotura de la relación entre Mario Prieto, segundo de Iván Ania, y Roberto Ardura, presidente del Caudal. El club mierense restó del salario de Prieto el importe de una multa por una expulsión que vio en la jornada siete frente a la Ponferradina (2-2), como recoge el régimen de sanciones del equipo. A Prieto, según cuentas distintas fuentes, le sentó mal esa rebaja y se enzarzó en una discusión con el dirigente. Desde entonces, la relación quedó tocada al punto de que se dejaron de hablar y de saludar. De hecho, el veto del presidente del Caudal a Mario Prieto desencadenó también la salida de Iván Ania del equipo, anunciada el pasado domingo. El lunes, el técnico ovetense aseguró que lo de Prieto fue "un problema que se fue enquistando" y el presidente del club atribuyó el veto al segundo como "un problema de régimen interno". El problema fue ese: un descuento en una nómina.

Todo sucedió el pasado mes de octubre. En la jornada siete, el Caudal empató a dos goles con la Ponferradina. En ese partido, Mario Prieto vio la expulsión. El régimen interno del club estipula que las sanciones federativas propiciadas por protestas a los colegiados serán restadas de los emolumentos mensuales, tanto de los jugadores como de los miembros del cuerpo técnico, según explican las mismas fuentes. En base a esta normal, la entidad restó del salario de Prieto el importe de la multa. Cuando Prieto fue a cobrar ese mes, la nómina le llegó con el pertinente "descuento" por la sanción, algo que no sentó nada bien al ovetense y que, según aseguran las mismas fuentes, generó una discusión con el presidente de la entidad. A partir de entonces, la relación entre ambos fue prácticamente inexistente. Prieto retiró el saludo al mandatario, que acabó por reconocer que la relación con Prieto era "nula". Una situación que se fue enquistando y más cuando, en un caso similar con un jugador, fue el propio futbolista el que fue a hablar con Ardura para pedirle disculpas. Ese jugador acabó siendo titular el resto de la temporada.

Prieto llegó de la mano de Ania hace dos años. En la temporada del ascenso a Segunda B, a pesar de los avisos, ambos vieron tarjetas durante la temporada al punto de que en un partido contra el Siero tuvo que sentarse en el banquillo Paco Gutiérrez, el preparador físico. Ese curso, el importe total de las sanciones por las tarjetas entre jugadores y técnicos ascendió a 2.000 euros, que el presidente caudalista acabó perdonando por el ascenso.