Luis Castillo y los jugadores de balonmano a los que entrena en el colegio Maristas de Oviedo recibieron el pasado fin de semana una lección de deportividad y compañerismo. Se la dieron sus contrincantes en la fase previa a la final del campeonato de España de esta disciplina, el SAFA de Madrid, con los que se enfrentaban en Galicia. "En balonmano es muy común que los contrincantes se saluden antes de un partido. En un momento determinado del encuentro, cuando nosotros estábamos atacando, perdimos un balón porque uno de nuestros chicos se despistó para ir a saludar a un contrario. En vez de aprovechar la ventaja los madrileños nos devolvieron el balón", relata Castillo en declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA.