A falta de un campeón de la tierra, la Evricup (Campeonato de Europa de veteranos de hockey sobre patines) se cerró ayer en Oviedo con un indiscutible aroma asturiano. El Barcino de Barcelona se impuso en la categoría de más de 35 años con seis jugadores formados en la cantera del Principado. Juan Carlos Raigoso (Cibeles) abrió la veda y, a partir de ahí, fueron incorporándose Ramón Peralta (Santo Domingo) y Toni Sánchez (Areces), asentados en Cataluña, además de Javi Garrote (Santo Domingo), Kiko Menéndez (Espartal) y Javi Sama (Areces).

Hace 29 años Raigoso, como tantos otros, dejó al Cibeles para jugar en el Flix, que le facilitaba un futuro laboral en la central de Ascó. Tras colgar los patines, este ovetense entró en contacto con dirigentes del Barcino, un club de tenis que quería potenciar la sección de hockey sobre patines. "Cuando necesité gente fui tirando de buenos jugadores y, sobre todo, de gente maja. En el caso de los asturianos se cumplían las dos premisas". Con esa fórmula cubre las expectivas: "Cuando nos juntamos lo básico es pasárnolo bien y, si podemos, ganar".

Además de uno de los veteranos, Peralta se ha convertido en una especie de talismán, ya que ha ganado las cuatro Evricup en que ha participado. Sus compañeros le echaron de menos en las dos últimas. Volvió en la de este fin de semana, en su ciudad, y completó el póker. Aunque sigue vinculado al hockey de elite, en el cuadro técnico del Barcelona, con el Barcino disfruta como un niño: "Es un placer jugar con ellos. Y fuera de la pista formamos un grupo majísimo".

"Monchín" Peralta, como se le conocía en el Santo Domingo, ve al Barcino como "un grupo de amigos, fanáticos todos del hockey, que disfrutan también con otras cosas. Hacemos turismo en las ciudades que visitamos, comemos y cenamos todos juntos. A los compañeros catalanes ya los tenemos asturianizados". Esta Evricup ha sido difrente para Peralta por razones obvias: "El miércoles, cuando jugamos en el Palacio, me llegaron buenísimos recuerdos. Allí conseguí un ascenso y dos permanencias".

Javi Garrote se incorporó hace siete años a la armada asturiana del Barcino y, aunque nunca jugó en Cataluña, se siente comprometido desde que recibió la llamada de Peralta. Incluso en Oviedo, su ciudad, ha fomentado ese espíritu de grupo sumándose a los desayunos y cenas con sus compañeros. Ayer celebró un nuevo título tras vencer en la final al Parede de Portugal por 5-4. No hubo doblete en casa de los Garrote, ya que su hermano José, que juega en el Barcino de más de 50 años, cayó en la final por 5-1 frente al Voltregá.