Jorge Meré es el elemento más vistoso de la Armada asturiana de la selección sub-21. Un grupo que en esta concentración se ha estirado hasta cinco integrantes: José Manuel Suárez, jefe de delegación; Marino Bastián, utillero, Juanjo González, ayudante del seleccionador; y José Antonio Rodas, médico.

Suárez, director técnico del Comité Territorial de Árbitros, lleva desde 1996 como responsable de las selecciones inferiores, durante diez años con las femeninas y desde 2006 con la sub-21. Se responsabiliza de coordinar el equipo de trabajo y, en ausencia del presidente de la federación o un directivo de rango superior, también ejerce funciones de representación.

"Ésta es la parte bonita del fútbol", explica Suárez. "Y la del arbitraje, la desagradable porque tenemos que aguantar mucho". Su satisfacción como jefe de delegación tiene que ver con los buenos resultados de la ssub-21, pero también con la forma de ser de los futbolistas, lejos del divismo y otras cosas de los mayores. "La UEFA nos acaba de felicitar el comportamiento del equipo".

Aunque asegura que no tiene nada que ver con la generosa cuota asturiana en la selección, José Manuel Suárez está orgulloso del trabajo de Marino Bastián, empleado de la Territorial y que cumple once años como utilllero; de Rodas, que debuta en Polonia tras varias concentraciones con la sub-17 y la sub-19; y Juanjo González, que lleva tres años en las inferiores.