Donde la situación del Avilés ya es difícil, llegan otros y la complican. El equipo comenzó ayer a entrenarse en Miranda con cierta normalidad y niebla, la niebla a la que, últimamente, está acostumbrado el club. Los gestores hicieron frente al pago de los 32.000 euros que se adeudaban a los jugadores de hace dos temporadas y que impedían al club fichar, una operación que se retrasó ya un día después de que unos ladrones entraran en la madrugada del lunes al despacho del director deportivo José Luis Tamargo donde estaba la documentación.
Los gestores se comunicaron ayer con la AFE, que corroboró que se había hecho la transferencia y que intentó hablar con la Federación Española para levantar el bloqueo del Avilés, pero la sede en Las Rozas se encontraba en ese momento llena de agentes de la Guardia Civil efectuando el registro que ha acabado con el presidente Ángel María Villar detenido. Así, el bloqueo no se pudo levantar. El Avilés intentará hoy dar de alta a los jugadores si las cosas en la Federación se tranquilizan y, sobre todo, pagar la mutualidad para que estén asegurados.
Mientras tanto, la plantilla trata de aislarse del enfrentamiento entre Tejero y López y centrarse en trabajar. "Es lo de todos los años en el Avilés. Nosotros lo que vamos a intentar que solo se hable de fútbol en lo que ha vestuario se refiere y lo que hay por fuera que los implicados lo solucionen lo antes posible", sentenció el capitán Matías tras el primer entrenamiento en Miranda, una sesión muy física a cargo del nuevo preparador Arturo Novo y el técnico Blas García, en la que solo faltaron Alberto Delgado y Álex Seger, que tienen permiso hasta el jueves.
"Vienen con muchas ganas y con buen ambiente. Todos han venido bastante bien de forma", señaló el entrenador ayer. Esta semana tiene previsto entrenar hasta el sábado cuando habrá un partidillo. El jueves será doble sesión.
