La plantilla de Real Avilés GD, el equipo de Álvaro López, no pudo entrenar ayer en el Suárez Puerta (cuya concesión administrativa municipal de uso pertenece al Real Avilés CF) porque dos guardas de seguridad privados les impidieron la entrada. Esta es la segunda vez que el grupo que entrena Blas García no puede entrenar porque el pasado día 4 ocurrió lo mismo en Miranda.

El director general de Real Avilés GD, Luis Puebla, presentó dos denuncias ante la Policía Nacional y la Policía Local para que se traslade lo ocurrido al juzgado y al Ayuntamiento. Es la tercera denuncia de los gestores contra la propiedad.

El director deportivo, José Luis Tamargo, resumió así los hechos. "El Avilés está secuestrado porque han asaltado el campo dos personas supuestamente de una empresa de seguridad y supuestamente contratados por Tejero, según ellos manifestaron a la Policía, y nos han impedido la entrada cuando tenemos allí cosas personales y material". Y añadió respecto a los próximos pasos a dar: "Vamos a seguir con los temas legales y a entrenar donde nos dejen pero tampoco podemos porque no tenemos ropa ni nada, aunque esperamos que el Ayuntamiento nos ayude porque tiene que dar un paso adelante al haber muchos incumplimientos en la concesión del campo".

Inquietud en los jugadores. Los 20 jugadores de la plantilla de Real Avilés GD viven un momento de gran inquietud porque su inmediato futuro está en el aire. Su esperanza es que la Federación Española intervenga en su favor y ordene que se les tramiten las fichas, pero el asunto está muy complicado porque tienen contrato con Real Avilés GD para jugar en el Real Avilés CF, pero no tienen ficha y tampoco pueden firmar por ningún otro club mientras no se rompa ese contrato.

Los que tienen contrato podrían exigir que se les tramite la licencia, pero según el director deportivo, José Luis Tamargo, "ninguno quiere jugar con ellos". Tamargo aseguró que "nadie en el vestuario levantó la mano cuando se les informó de que eran libres para decidir".

Algunos futbolistas viven una zozobra extra porque rechazaron otras opciones para jugar en el Avilés, y otros porque tienen ofertas y quieren marchar. Unos y otros confían en que todo se solucione la próxima semana, bien porque se les haga ficha o porque queden libres si a 20 de agosto todo sigue igual.

La sensación general en el vestuario es de "pena y vergüenza" por la situación que vive el club, pero de momento siguen entrenando en espera de acontecimientos mientras se preguntan cuál es en realidad su situación.

La idea es asesorarse a través de la Asociación de Futbolistas si la próxima semana se mantiene esta situación e incluso estudiar la posibilidad de pedir daños y perjuicios si se quedan sin ficha.