En los momentos más oscuros, Bertín hizo saltar la chispa para revolucionar el partido y darle los tres primeros puntos de la temporada al Sporting B en su retorno a la categoría de bronce con una victoria por la mínima ante el Gernika (1-0). Hasta la entrada del joven avilesino, el filial no encontró el estilo de juego que más se amolda a sus cualidades, en buena medida debido a que el conjunto vasco mostró sus armas al ser un equipo correoso. Una clase de rival que sirve de buena medida para el futuro.

El Sporting B jugó con intermitencia. Las mayores ráfagas de luz llegaron en las botas de Isma Cerro, que con dos arrancadas desde la banda derecha logró poner el peligro. Primero al ceder el balón a Nacho Méndez, que disparó al poste y, más tarde, con un taconazo que encontró a Cayarga pero su disparo lo detuvo con apuros Altamira. Por su parte, el Gernika optó por un juego directo y en el que el balón parado tomó protagonismo. Precisamente en esta faceta sufrió un cortocircuito el filial sportinguista. Así llegó la mejor ocasión visitante en un saque de esquina que remató Berasaluce, el balón se estrella en el larguero, y el rechace le cayó a los pies de Murgoitio que volvió a chocar con la madera.

El juego combinativo del filial, con posesiones largas y veloces, no estuvieron presentes en esta ocasión. Fue el turno de sacar un fútbol menos vistoso, pero eficaz. Parecía cambiar la tónica en la segunda mitad tras una larga conducción de Nacho Méndez, que no encontró el momento preciso para probar fortuna. Cuando el filial podía imprimirle una marcha más al juego, el Gernika denotaba síntomas de debilidad, pero no era suficiente. José Alberto vio la situación y movió el banquillo. Lo que podría ser una sorpresa, con la salida del artillero Claudio del terreno de juego, se convirtió en un acierto con la entrada del eléctrico Bertín.

La aportación del avilesino resquebrajó la idea inicial del cuadro vasco. Su movilidad le dio un gran resultado al filial cuando en el minuto 69 Cayarga le encontró a la espalda de la defensa. El ayer referencia rojiblanco se encontró con la buena parada de Altamira, pero recogió el rechace, se revolvió y tuvo el temple preciso para cruzar el balón lejos del alcance de defensores y guardameta.

El joven jugador cambió el paso de un equipo con el cable pelado. Poco después se repitió la misma acción, pero esta vez el disparo se fue ligeramente desviado. Con sufrimiento final ante el mano a mano de Madrazo que solventó Christian Joel y un testarazo desviado de Pradera, el Sporting B aprovechó su oportunidad para llevarse los tres primeros puntos de la temporada.