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Segunda División | El partidazo de Asturias

"Catorce años sin derbi es mucho tiempo para una región tan futbolera"

LA NUEVA ESPAÑA reúne a César Martín y a Manolo Sánchez Murias, canteranos de Oviedo y Sporting, que jugaron el último duelo regional en Primera hace 19 años - Los dos siguen hoy en los clubes: Martín es director de relaciones institucionales del Oviedo y Sánchez Murias, responsable del fútbol base del Sporting

Manolo Sánchez y César Martín.

César Martín, con el Oviedo, y Manolo Sánchez, con el Sporting, jugaron el último derbi en Primera División hace ya 19 años. Ambos tiene muchas cosas en común. Son de la misma generación, sólo les separa un año de edad, (41, Manolo, 40, César), se formaron en las categorías inferiores de cada club, coincidieron en la selección asturiana y, curiosamente, debutaron con el primer equipo ante el mismo equipo, el Compostela. César lo hizo en un partido de Copa del Rey, mientras que Manolo Sánchez debutó en Liga en El Molinón dos meses antes de jugar su primer derbi. Ahora, uno y otro siguen en la estructura de los clubes. Manolo Sánchez Murias es director de fútbol base del Sporting y César Martín, director de relaciones institucionales del Oviedo. Hoy tienen otra visión de la rivalidad.

Los dos salieron en el once inicial en el partido disputado en el Carlos Tartiere el 16 de marzo de 1998, que concluyó con victoria de los azules por 2-1, en un partido en el que se adelantaron los rojiblancos con un tanto de Kaiku y remontaron los azules con goles de Nikiforov, en propia puerta, y Dely Valdés. Fue el último derbi en la máxima categoría, ya que al final de temporada el Sporting bajó a Segunda División, mientras que el Oviedo permaneció otras dos campañas hasta su descenso en la 2000-2001.

César tiene de ese derbi un recuerdo especial, ya que tuvo que abandonar el campo lesionado tras un choque con Gamboa. "Fui directo al hospital vestido con el uniforme del Oviedo y junto con Manolo Rodríguez, el médico del club, seguimos el partido por la radio en urgencias". Al final, le aplicaron once puntos de sutura en la cara.

Para Manolo fue su primer derbi "en un año muy complicado por la trayectoria del equipo. Había debutado dos meses antes con el Sporting y poder jugar un partido de rivalidad era una experiencia ansiada, ya que es un partido que trasciende de lo futbolístico y que se vive con una intensidad especial. El recuerdo que tengo es que empezamos ganando, pero no pudimos conservar la ventaja", dice.

Manolo y César ya vivieron partidos de rivalidad en categorías inferiores. Manolo llegó al Sporting en el último año de juvenil, tras pasar por el Llano 2000 y el Roces, mientras que César se incorporó al Oviedo en el Alevín B y pasó por todas las categorías hasta llegar al primer equipo.

Ambos destacan la importancia que tienen los partidos de rivalidad. "Es la responsabilidad de defender a tu equipo en el partido más importante para la afición, con todo lo que ello conlleva".

El hecho de llevar 14 años sin disputarse es para Manolo "mucho tiempo y más para una región tan futbolera como es Asturias. Es un derbi de los más importantes del fútbol español y se vive con mucha intensidad y entusiasmo. La rivalidad bien entendida es la salsa del fútbol", asegura. César afirma que "es algo que se echaba de menos. Es la máxima representación del fútbol asturiano y para los jugadores que representan a este fútbol es un partido muy importante".

Para Manolo, el partido llega rodeado de "mucha expectación, quizás un poco pronto en la temporada, pero con muchas ganas ya que sabemos lo que representa para nuestra afición".

César señala que la fecha "es lo de menos. Nosotros no teníamos ninguna prioridad en las fechas, aunque es cierto que al ser al principio de la Liga no existe el componente de urgencia cuando los puntos tienen trascendencia. No obstante, ganar un derbi siempre supone un golpe de confianza importante y una alegría tremenda, sin olvidar que la Liga es muy larga y que es un partido de tres puntos".

Manolo Sánchez, que se retiró como jugador en el Racing de Ferrol, con 31 años, equipo en el que inició su carrera como entrenador antes de dirigir al Sporting de Liga Nacional, Sporting B y Sporting en las primeras nueve jornadas de Liga de la temporada 2012-13, inicia ahora su quinto año como director del fútbol base del equipo rojiblanco. "Es un puesto de responsabilidad en un club de cantera. Me surgió esa posibilidad y estoy contento. Poder desempeñar esa labor en tu ciudad y en tu club es muy gratificante. El fútbol está evolucionando constantemente y genera muchas expectativas. Hay que estar preparado para adaptarse a esa situación y saber gestionar el rendimiento de los jugadores", señala.

César disputó con el Oviedo 101 partidos en Primera División antes de que el Deportivo abonase los 1.000 millones de pesetas de su cláusula de rescisión en la temporada 99-2000. En el equipo gallego jugó siete temporadas, con el que ganó una Liga, una Copa del Rey y dos Supercopas, siendo además doce veces internacional absoluto con la selección española. Como jugador se retiró en el Castellón, con 32 años, en Segunda División, y después obtuvo el título de entrenador y director deportivo.

Desde hace dos años, es director de relaciones institucionales del club azul. "Joaquín del Olmo quería que estuviese a su lado y acepté encantado. La experiencia es muy buena, ya que estoy conociendo la otra cara del fútbol en la que puedo aportar toda mi experiencia como jugador. El Oviedo está en una fase de crecimiento muy importante y el futuro es optimista. Por eso, me siento un privilegiado al contar con la confianza del grupo Carso. Ahora, desde mi cargo, se ve el fútbol con un prisma diferente, pero lo importante es aplicar el sentido común en las decisiones. Es complicado porque tienes que tener en cuenta muchas variables y estoy aprendiendo continuamente". Para César el fútbol "ha evolucionado para bien con avances que favorecen el rendimiento del jugador. Ahora, hay que controlar muchas parcelas porque la demandas, empezando por las de la masa social, son cada vez mayores. Por eso, hay que tener una estructura sólida para dar servicio a todo lo que genera el fútbol". En cuanto al partido del sábado, César espera que "se vea buen fútbol, con un buen ambiente y con la tensión propia de un derbi y que el Oviedo se lleve la victoria", dijo.

Manolo sostiene que "el derbi es un espejo para los jugadores de la cantera, que son la apuesta clara del club. Es un proyecto ambicioso y de exigencia y un derbi sirve para que los jugadores sientan lo que es el Sporting". Sobre los objetivos de la temporada, Manolo señala que para el Sporting "es un año importante por el respaldo impresionante de la afición. Las expectativas son las de estar arriba, pero hay que ir paso a paso para aspirar a lo máximo", admite.

Por su parte, César señaló que el objetivo del Oviedo "es dar un paso más. En los dos últimos años, el equipo tuvo opciones de meterse en el play-off de ascenso hasta el último partido y esta temporada hay que dar un poco más para intentar conseguir ese objetivo. El equipo sufrió una gran renovación y tardará en dar su mejor versión, pero estoy convencido de que será un buen año" .En cuanto a sus deseos de futuro dijo que "después de varios años de dificultades estamos logrando tener una estructura de base. Nuestra intención es recuperar la importancia que tuvo la cantera para el Oviedo y creo que con paciencia se comenzarán a ver pronto los resultados porque hay jugadores que ya están asomando la cabeza y serán importantes en un corto plazo", finalizó.

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