Potes, J. E. CIMA

Alberto Contador siempre fue más fuerte mentalmente que físicamente y, tras la buena actuación en Los Machucos, donde el gran perjudicado fue el líder Froome, decidió que no va a conceder treguas a los rivales, porque ve que cada día falla uno y es la única forma de buscar podio. Así que ayer, en la etapa con final en Santo Toribio de Liébana, puso de nuevo a todos a prueba con numerosos ataques y volvió a arañar segundos en la empinada meta, salvo al recuperado Froome. La etapa fue para el belga Armee (Lotto), con 31 segundos sobre el kazajo Lutsenko (Astaná), que formaban parte de una veintena de escapados donde estaban los españoles Soler y Rojas (Movistar) y Pardilla (Caja Rural) y que tras coger 14 minutos de ventaja pudieron llegar a la meta.

Hubo dos carreras desde la salida de Suances. Unos, los aventureros, que buscaban una fuga triunfal en un terreno que tenía dificultades, con repechones por la costa cántabra y, al final, las tres colladas sirvieron para que los escapados lograran su objetivo.

Los grandes de la general salieron mentalizados, algunos con miedo, porque recordaban que en 2012 Contador, tras ascender Collada Carmona, Collada Ozalba y especialmente Collada La Hoz, había atacado por sorpresa destronando a Purito Rodríguez en la meta de Fuente De. Y ahora que Alberto se ha vuelto un especialista en montar zafarranchos espectaculares, mientras la fuga iba camino del triunfo, muchos de los grandes se acercaban a Contador para preguntarle si también iba a atacar. Así que el de Pinto, que en estos últimos días le responden mejor las piernas, se mentalizó que había que probar a los rivales.

Lograr una sorpresa como en 2012 era imposible, pero hacer otro test cuando las fuerzas ya van muy justas entre todos siempre trae alegrías aunque se corran riesgos.

El italiano Aru, que estaba desbancado para los mejores puestos de la general, quiso imitar a Contador y atacó en la bajada del penúltimo puerto y en la meta recuperó unos segundos. Pero lo bueno estaba por detrás, porque Contador atacó y contraatacó en Collada Ozalba y sobre todo en Collada de la Hoz. Aunque le respondió bien Miguel López "Superman", el ciclista pinteño puso contra las cuerdas a los diez mejores de la general y hasta el líder Froome sufría a rueda de sus gregarios.

Y como la etapa acababa en Santo Toribio de Liébana, que está en su año jubilar, esos dos kilómetros finales hicieron mucho daño.

Se notó que a Froome le dolió que el día anterior se comentara que desfalleció, aunque más bien pareció que sufrió una pájara por mala alimentación. Así que el británico puso a sus compañeros a tirar a fondo y luego él mismo atacó. Sólo le pudieron seguir el corajudo Contador, junto a Woods, Kelderman, Zakarín y Kruijswijk, Y Contador a falta de 500 metros al ver que todos iban muy justos y otros como Nibali pasaba apuros, decidió a base de mucha capacidad de sufrimiento contraatacar hasta la extenuación a ver quién fallaba. Se llevó la grata alegría de ver que hasta Kelderman y Zakarin se descolgaban unos metros.

Los últimos 150 metros fueron de agonía para todos, pero Contador, seguido de Woods y Froome, vio como Kelderman y Zakarin cedían 4 segundos -les afectará más psicológicamente que en tiempo- y Nibali perdía 21 segundos.

Así que hoy, en la etapa Parque de Redes-Campo Caso, con meta en Gijón, lo normal es que exista otra fuga por delante de los favoritos y que Contador pruebe a los rivales en la dura subida de San Martín de Huerces a ver si "caza" de nuevo, pero sobre todo para que la gente llegue mañana al Angliru sin poder recuperar bien y con mucho miedo en el cuerpo. Es la única opción que tiene Contador de intentar llegar al podio, arriesgando en los que serán sus últimos días como ciclista.