Los ciclistas gijoneses Dani Navarro (Cofidis) y el debutante Iván García Cortina están felices porque llegarán hoy a Gijón, su ciudad natal, pero ambos tienen un rictus de decepción porque no parece que vayan a poder protagonizar la escapada con la que soñaron desde que se inició la Vuelta Nimes (Francia).

El veterano Dani Navarro reconocía ayer que "cada poco se me sale el hombro izquierdo del sitio debido a la caída que tuve en Bilbao durante la Vuelta al País Vasco. A veces me sucede por la noche y otras veces en plena carrera, como el día anterior en la dura subida a Los Machucos. Si ya era terrible por sus rampas, con el hombro así me toca sufrir al intentar tirar de los brazos. A ver si acabo la Vuelta y luego paso por el quirófano porque así no puedo correr, aunque tenga fuerzas", aseguró.

Y el ciclista del Cofidis habla de su paisano Iván García Cortina porque "para ser su primer año de profesional se está acoplando bien a la categoría y ahora en la Vuelta está haciendo un gran trabajo de proteger a su líder Nibali ya desde los primeros kilómetros".

Mientras que Iván García Cortina (Bahrain Mérida) explica a falta tres días para el final de la Vuelta que "lo más duro fue la primera semana para adaptarme a estar desde el inicio al lado de Nibali. Hubo momentos que lo pasé muy mal, pero ahora ya me adapté, lo llevo bien y estoy con moral".

Este chaval de 21 años pensaba que al llegar a Asturias en esta iba a tener su oportunidad de buscar una fuga, pero ayer Cortina indicó que "me piden que siga a su lado y lo primero es obedecer las órdenes del director que quiere que esté a lado del jefe de filas. Así que no podré escaparme camino de mi Gijón".

En esos momentos, en la salida de Suances, pasa a su lado Nibali y le echa una mirada y rápidamente Iván dice "me voy con él que si no igual me riñe. Tengo que ir a su lado también al control de firmas". Y hasta que el italiano no realiza el acto protocolario Iván sigue a su lado. Nibali, como segundo de la general, es reclamado por cámaras de televisión para una entrevista y ese momento lo aprovecha Cortina para ir a saludar y besar a su padres, que estaban a 50 metros del podio del control de firmas.