Pocas veces se tiene la oportunidad de vivir el espectáculo ciclista de La Vuelta en un coche de carrera. El compadreo entre los conductores o los piques entre los vehículos de los equipos tratando de acceder al pelotón son algunos de los detalles que pasan desapercibidos para el público. LA NUEVA ESPAÑA tuvo ayer esta oportunidad de la mano de Carrefour, en la etapa entre Campo de Caso y Gijón.

La capital casina se vistió de gala para acoger la salida de la carrera. La afición se volcó con los ciclistas e, incluso, cantó el "Cumpleaños feliz" al holandés Jetse Bol -que cumplía 28 años- cuando estaba en el control de firmas. Por allí también se encontraba la plataforma ciudadana en defensa del uso lúdico de los pantanos de Redes, que no perdió oportunidad para buscar firmas de apoyo entre los presentes.

Los coches de carrera salieron minutos antes de que comenzase la competición. El exciclista Manuel Campesino -director del Lointek vasco, considerado como el mejor equipo ciclista femenino- ejercía como conductor y daba cuenta de lo que valía su experiencia como corredor a la hora de circular dentro de la carrera. Y es que no todo el mundo es capaz de llevar un vehículo en estas condiciones, acelerando o ralentizando en función del avance de los ciclistas, y siguiendo atentamente la indicaciones que el comisario internacional ofrecía desde su propio coche.

Pero sin duda, lo mejor de la carrera era la afición, que mayoritariamente mostraba su apoyo hacia los ciclistas españoles, aunque no dudaba a la hora de animar al resto de deportistas. Pancartas en las que se podía leer "Te quiero Contador" o "No te vayas Contador" eran frecuentes durante todo el recorrido. Tampoco faltaban mensajes de apoyo al gijonés Iván García Cortina, que apunto estuvo ayer de hacerse con el triunfo de la etapa.

También era habitual ver a muchos aficionados ataviados cual ciclistas, animando a sus corredores favoritos. Menos usual era verlos disfrazados, aunque ejemplos hubo. Y es que nada más empezar, un grupo de niños que parecían salidos de un Carnaval con bruja incluida recibieron al pelotón en la localidad lavianesa de Tolivia. Ya en Caborana (Aller), los ciclistas se encontraron con un "Pikachu" y una gallina que no cesaban de gritar a su paso. También se cruzaron los deportistas con hasta dos bodas, que pararon durante un momento para ver la carrera y siguieron después con sus respectivos banquetes. Hubo tiempo, además, para la reivindicación, y no solo de los que pedían un uso lúdico de los pantanos, sino también de algunos que reclamaban que "el agua no es un negocio" en Langreo. La Vuelta tampoco se libró del derbi que disputarán hoy el Real Oviedo y el Sporting. Muchos de los aficionados portaron banderas de los equipos asturianos, así como las camisetas oficiales, a lo largo de toda la carrera.