El ciclismo volvió a vivir ayer una jornada épica en Asturias con final en el Angliru, una cima mágica que vio el último triunfo de Alberto Contador, jaleado y animado por miles de personas que pasaron por encima del mal tiempo y del derbi para disfrutar de un ambiente único. Numerosas pancartas agradecían al de Pinto su esfuerzo y un grupo de uruguayos destacaban que recorrieron casi 10.000 kilómetros para verle en su despedida.

Los malos pronósticos meteorológicos y el Sporting-Oviedo eran duros competidores, pero el Angliru pudo con todo y se llenó en los puntos claves del recorrido, donde los ciclistas se retuercen de dolor sobre la bicicleta. El gaitero Luis Miguel Do Santos, de Nijeres (Riosa), animó la espera entre la cuesta Les Cabanes y la Cueña les Cabres ante la curiosidad de los visitantes, que se hartaron de sacarle fotos.

Para muchos de los asistentes era su primera visita a la cima riosana y a Asturias. Es el caso de Marc Gibrat e Iñaki Alberich, dos jóvenes de Girona de 18 años ansiosos de aventura que siguen la última semana de carrera y que llegaron a Viapará a las cuatro de la mañana del viernes en su furgoneta Parner. "Es una experiencia única que vamos a rematar con San Mateo en Oviedo antes de regresar a casa", explicaron.

Carlos Tejedor, de Valladolid, que subió en bicicleta y le pilló el temporal, no duda en señalar a l´Angliru como el puerto más duro de España e incluso de Europa. "Nunca he subido alto tan duro, desde Viapará es horrible, pero es un reto a intentar lograr". El Angliru Ayllon, de Valencia, repitió 16 años después de su primera subida y, aunque el asfalto está un poco mejor, señala, "la montaña sigue igual de dura". Él estaba encantado con la lluvia porque "el mal tiempo le da épica, el sufrimiento es emoción".

Raúl Crespo y sus cinco compañeros de Astorga y León tiraron de "la dolores", un carro de la compra con 80 cervezas, empanadas y saladitos. Llegaron a las once y eligieron el Angliru para ver la última etapa de Contador en activo. "Lo pasamos de miedo, da igual que llueva", dicen.

Antonio Gutiérrez, ciclista máster de Palencia de 68 años que no tiene ninguna intención de dejar de dar pedales porque "este es un gusanillo que dura toda la vida", es un habitual de la cima riosana porque "el que nace ciclista tiene que venir aquí porque esto y los Lagos es lo más mítico de la Vuelta, y es que Asturias es algo diferente". Y añade: esto es la cuna del ciclismo y el que no venga aquí no sabe lo que es la bicicleta ni el sufrimiento".

Adrián López, de Mieres, que vive en Oviedo; Marta Mier, de Oviedo pero vive en Santander; y Nacho Monteserín, madrileño y que vive en Santander, defienden que merece la pena pasar tantísimo frío por "vivir un ambiente único que se transmite y por las maravillosas vistas". Adrián subió por tercera vez después de 19 años y lo pasó mal. "Me quedaron las piernas reventadas. La tengo ahí tirada y no se si azotarla o bajarla".

Numerosas pancartas recordaron al Chava Jiménez, primer ganador en 1999, y la afición se decanta por Mikel Nieve, Mikel Landa y el joven mallorquín Enric Mas como los futuros héroes, ciclistas capaces de repetir momentos como los vividos ayer.