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Dos en la carrera

En el pelotón de cabeza

Igualados hasta ahora, mientras el Oviedo se crece, el Sporting muestra dudas

Fue noticia que catorce años después Oviedo y Sporting volvieran a coincidir en la misma categoría, pero no fue novedad, pues lo han hecho ya muchas veces, tanto en Primera División como en Segunda. Lo verdaderamente novedoso sería que subieran a Primera juntos, pues eso no ha ocurrido nunca. Esa posibilidad ha cristalizado actualmente como una aspiración del fútbol asturiano que, si no es inédita, quizá nunca se había expresado de forma tan clara como ahora, alentada por el optimismo con el que los dos clubes han afrontado la Liga, gracias, sobre todo, a la solidez económica de la que ambos alardean después de haber dejado atrás tiempos angustiosos. Que la aspiración de Sporting y Oviedo sea la misma no quiere decir, sin embargo, que compartan la estrategia. Cada uno irá a lo suyo en esa carrera de fondo que es un campeonato de Liga con cuarenta y dos partidos. Eso sí, la presencia del rival será sin duda un aliciente.

Al cabo de cinco jornadas Oviedo y Sporting marchan en el pelotón de cabeza e igualados en todo: puntos, partidos ganados, empatados y perdidos e incluso diferencia entre goles a favor y en contra. En lo que ha habido más oscilaciones ha sido en el estado de ánimo. Si el Sporting arrancó la Liga con una cierta euforia, subrayada además con un éxito en la Copa que coincidió con un fracaso oviedista en la misma competición, el partido con el Oviedo en El Molinón marcó un punto de inflexión, cuyos efectos se han notado en esta última jornada. Ahora es el Oviedo el que saca pecho mientras al Sporting parece afectarle una cierta confusión. Obviamente es demasiado pronto para hacer vaticinios sobre lo que va a ocurrir con dos equipos, que presentan tantas novedades que el principal problema que tienen sus respectivas aficiones es identificar en el campo a los jugadores que visten la camiseta azul o la rojiblanca.

EL OVIEDO, INTENSO

Parece haber unanimidad en reconocer que el Oviedo que ha iniciado esta temporada tiene un carácter diferente al de recientes tiempos anteriores. Se le ve como un equipo más intenso. Es una cuestión de actitud, pero también de estrategia, lo que transparenta la intervención del nuevo entrenador. El Oviedo de Anquela presiona en todo el campo. No deja salir con comodidad al rival ni le deja mover con facilidad el balón en el centro del terreno. Y a su defensa, tras los claros desajustes de los primeros partidos, empieza a ser difícil cogerle la espalda.

El Cádiz, bajo control

Esos aspectos quedaron claros en el partido del pasado domingo, en el que el Oviedo afrontaba la visita del Cádiz, que llegaba como líder. El equipo andaluz no ejerció en ningún momento como tal, quizá por incapacidad -su juego fue más bien tosco-, pero también porque el Oviedo lo mantuvo a raya en todo momento. El intento de juego directo de los gaditanos fue más bien una expresión de impotencia, de la que se salvó, como excepción, el poderío de Salvi. Otra cosa es que el Oviedo acertara en el aspecto creativo. En ese aspecto todavía le falta bastante para llegar a lo satisfactorio. Folch apunta maneras, pero aún no se ha convertido en ese jugador de referencia que el equipo lleva buscando en las últimas temporadas.

Conexión Berjón-Toché

En cambio, lo que sí esta teniendo el Oviedo en este principio de temporada es ese plus de calidad en el área contraria tan necesario para decidir los partidos. Lo personifica el binomio Berjón-Toché. En Saúl Berjón destacan como cualidades la buena técnica en el manejo del balón, la capacidad para elegir la mejor opción en el pase y la precisión del toque. Cuando esas cualidades encuentran el soporte físico adecuado y la decisión necesaria, como está ocurriendo en este principio de temporada, se convierten en un gran activo para el equipo. Máxime si logran el complemento de un finalizador a la altura adecuada. Toché es capaz de aportarlo. La conexión Berjón-Toché produjo el gol que derrotó al Cádiz. Saúl filtró un pase magnífico y Toché supo aprovecharlo. Como el genuino jugador de área que es, exhibió su repertorio. Fue lo suficientemente listo para dar un paso hacia atrás mientras los zagueros del Cádiz lo daban hacia delante, con lo que se libró del fuera de juego. Un buen control orientado del pase de Berjón le situó entonces de cara al portero y no dudó en meter el pie con fuerza. Fue el izquierdo, pero lo hubiera hecho con el derecho con igual eficacia. Fue un gol más de un goleador de oficio, pero, por lo que significaba, no un gol cualquiera.

El Sporting, con dudas

Un día antes el Sporting había cosechado en Soria una derrota dolorosa, no sólo por tratarse de la primera de la temporada, sino por la forma en que se produjo, ya que a la amplitud del marcador se añadió la sensación que transmitió un equipo que no pareció tener en ningún momento los recursos necesarios para hacer frente a un Numancia que defendía con acierto y, cuando atacaba, lo hacía con decisión. Cierto que el primer gol soriano se gestó a partir de una clara falta de Íñigo Pérez, al llevarse el balón con las manos, pero, a la vista del resto del partido quizá no fuera una jugada determinante. El Sporting fue inferior a los locales y terminó purgando en los minutos finales su frustración de una forma poco edificante, con tres entradas de Santos, Calavera y Carlos Castro, las tres a destiempo y, por tanto evitables, que le supusieron una tarjeta amarilla y una roja.

Herrera toma notas

Durante el primer tiempo las cámaras que captaban las imágenes del partido mostraron en dos ocasiones al entrenador sportinguista, Paco Herrera, afanado en tomar notas en un bloc. Seguramente no lo ve del todo claro, como se reflejaba en la misma alineación que sacó inicialmente en Los Pajaritos. Y es que, a pesar de sus resultados, el Sporting venía siendo un equipo con altibajos, capaz de hacer buenos primeros tiempos, como ante el Lugo y el Oviedo, para venirse abajo a continuación. Herrera quizá tenga dudas sobre el dibujo táctico a emplear -uno o dos pivotes, uno o dos delanteros-, pero las pruebas que ha realizado hasta ahora no han debido de despejárselas y el equipo lo sufre.

Sin ideas en ataque

En Soria el Sporting fue, sobre todo, un equipo sin ideas en ataque. Roberto Canella largó desde la banda algunos centros, que se perdieron por imprecisos, pero que si hubieran sido más ajustados quizás hubieran conducido a lo mismo, porque en aquel equipo no había cabeceadores. Y la búsqueda de Santos la hicieron los gijoneses a base de pases muy largos y frontales, con clara ventaja para la defensa del Numancia.

El uruguayo sólo logró alcanzar uno, pero lo hizo tan forzado que se quedó sin ángulo de tiro, pese a lo cual logró mandar el balón hacia el poste contrario, para tocar en él y seguir hacia la banda contraria.

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