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CARLES MARCO | Entrenador del Unión Financiera Baloncesto Oviedo

"Soy nacionalista catalán, pero esto que pasa me hace sentirme cada vez más independiente"

"Asturias es mi segunda casa por la gente y por la tierra y apostó dos veces por mí: como jugador y como primer entrenador"

Carles Marco, en el polideportivo de Pumarín de Oviedo. IRMA COLLÍN

Carles Marco Viñas (Badalona, Barcelona, 1974) inicia su tercera temporada como entrenador del Unión Financiera Baloncesto Oviedo.

-Asturias es mi segunda casa. Empecé como jugador profesional fuera de casa en Gijón. Lo recuerdo con mucho cariño. Respondí como persona. El primer mes echaba de menos a la familia, pero éramos muy jóvenes e hicimos un ambiente sensacional. Ahora estoy en Oviedo como primer entrenador. En Asturias han apostado por mí dos veces.

Fue internacional, medalla de plata en el Campeonato Europeo de 2003, compañero de los Gasol y de Juan Carlos Navarro. Se retiró a los 34 años y lleva siete de entrenador.

- Nació en una capital del basket.

-Sí, allí la mayoría de los niños juega al baloncesto. Yo jugaba igual de bien al fútbol que al baloncesto, y elegí el basket porque lo hacían mis amigos de clase.

- Mide 1,80, poco en cancha.

-Ahora tendría más dificultades que años ha, pero gracias a eso desarrollé otras habilidades: una buena técnica individual, capacidad de tiro y visión de juego.

- Virtudes de la necesidad.

-Mi centro de gravedad es más bajo y puedo tener mejor manejo de balón y ser más rápido.

- Empiezan de niños y acaban jóvenes, pero hacen una vida entera como jugadores.

-Los primeros años son la inconsciencia, de disfrutar sin presión. Los intermedios son de maduración entre consciencia y presión. Los últimos, inconscientemente, no te das cuenta de que ya no estás al nivel. Supe a toro pasado que echaba la culpa a los entrenadores sin verme a mí.

- ¿Es triste?

-Sí, es el adiós al gozo.

- ¿Haber vivido eso ayuda a ver a los jugadores y entrenar?

-Sí. Hay entrenadores que saben mucho de táctica sin haber sido jugadores. Nosotros podemos, además, tener ese sexto sentido para saber qué piensa el jugador. Es un punto a favor.

- Diga uno en contra.

-Hasta hace tres años no me sentí capaz de ponerme de primer entrenador. Debía aprender de otras personas a llevar un grupo y a entrenar cada día. De jugador también fui de menos a más.

- Dicen que haber sido base es útil para ser entrenador.

-Es positivo haber jugado y que fuera en esa posición, que da visión de juego.

- ¿Le gusta entrenar o se siente jubilado?

-Cuando has hecho algo toda tu vida es difícil que te lo quiten con 34 o 35 años. Tenía pasión y quería seguir vinculado. Acabé una carrera, soy licenciado en Educación Física.

- ¿Cómo hizo la carrera?

-Estuve en Químicas dos años, pero era difícil, no me acababa de llenar y eran mis últimos años en Barcelona entrenando con el seniors del Juventut de Badalona. Cambié a Educación Física. Hice Gestión, que tiene asignaturas de Marketing, de Dirección de Empresas, para poder llevar una instalación deportiva o un gimnasio, y un master para ser gerente o director deportivo.

- ¿Cuánto le llevó?

-Bueno, la empecé cuando vine a Gijón -curso en el que aprobé todo- y la acabé al año siguiente de retirarme. Es una carrera muy presencial. Cuando tuve la oportunidad de entrenar, probé y me gustó. No me pongo los pantalones cortos, ni juego ni corro, pero vivo el baloncesto dentro de la cancha y en el día a día y en los viajes.

- ¿Está aquí de paso?

-Estoy como en casa por cómo es la gente, conservo amigos desde los 20 años, la tierra es parecida a lo que veo yo, hay humedad y mar y no llueve tanto como dicen. Tengo una gran expectación porque en 15 días voy a ver una ópera. Fui al teatro muchas veces, vi un musical en Nueva York, pero nunca he ido a la ópera...

- Pero...

-Ya he vivido en muchos sitios y tenderé a volver a mi casa.

- Vive aquí 10 meses al año. ¿Tiene una pareja estable?

-De hace año y poco. De joven escogí el baloncesto y tuve una pareja de largo recorrido. Carla es catalana, tiene 43 años y dos hijos. Fundó y dirige una ONG de animales. Viene ella o voy yo.

- ¿Este domingo (por hoy)?

-Estaré en Barcelona.

- ¿Irá a votar?

-Sí se puede, sí.

- ¿Cómo lo ve desde aquí?

-También lo veo desde allí, por satélite. No estamos dando la información correcta ni por un lado ni por otro. Diez minutos de TVE o de Antena 3 y 10 minutos de allí no tienen nada que ver. Estoy pidiendo democracia, ni sí ni no. ¿Que puede ser ilegal? Puede. Pero puedo entender que después de siete años saliendo dos millones de personas a la calle para que se les escuche y no se les escucha, se quiera hacer algo más.

- ¿Y la confrontación?

-No es el mejor ambiente. Vivo fuera, he vivido fuera y se me ha tratado genial, y no tengo por qué salir de ningún sitio, pero se tergiversan las cosas. Se inculca un odio a Cataluña que se oye en un bar. Tenía un abuelo de Alicante y una abuela murciana que fueron a Cataluña a trabajar. Me preocupa el domingo, que mis padres vayan a intentar votar y les pase alguna cosa, cuando lo más grave fue que le hayan dado una rosa a un guardia civil o a un mosso d'esquadra. Con diálogo se arregla.

- ¿Es usted independentista?

-Nunca. Sí soy nacionalista, pero con lo que está pasando cada vez me siento más independiente.

Carles Marco es hermano de la actriz Marta Marco e hijo de Lluís Marco, conocido por interpretar al doctor Antonio Dávila en la serie "Hospital Central" y en su secuela "MIR" y doblador de Ben Kingsley, Harvey Keitel y Danny DeVito, entre otros.

- Su madre también hacía teatro amateur. ¿Nunca pensó en ser actor?

-No. Mi padre hacía teatro amateur y trabajaba en la fábrica de embutidos de la familia, que se arruinó en 1982. Con treinta y tantos años pasó de amateur a trabajar en doblaje y luego en teatro.

- Vaya cambio, ¿no?

-Vivíamos en un sitio y pasamos a vivir en otro, mi padre se fue unos meses, empezó a ser actor y le recuerdo trabajando de dieciséis a veinte horas diarias. Y mi madre también empezó a trabajar en otras cosas.

- Habla muy buen castellano.

-Hablo mejor en catalán, que es la lengua en la que estudié.

- No tiene apenas acento.

-He vivido en León, Valladolid, Burgos, Zaragoza y Sevilla. Cuando llegué a Gijón decía barbaridades. Es importante que estas lenguas no se pierdan, el bable, el gallego y el catalán. Donde más me ha costado entender es en Sevilla. A Raúl Pérez, hermano de Víctor Pérez, le tenía que pedir que repitiera todo tres veces.

- ¿Qué ha cambiado en el baloncesto desde que usted llegó?

-Es muy dinámico, cambian las reglas, las maneras de jugar y la estatura de los jugadores. Ahora se lleva un físico perfecto, con altura, velocidad, coordinación.

- ¿Qué tal lleva su edad?

-Estoy bien de espíritu y físicamente, pero podría estar mejor. Tengo artrosis en la cadera derecha, un desgaste profesional.

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