No es casualidad que "streetfootballworld", una ONG que utiliza el fútbol como herramienta de cambio social, eligiese a Juan Mata para remover conciencias en un mundo a menudo tan alejado de la cruda realidad. Mata aceptó impulsar la campaña "Common Goal", por el que los futbolistas profesionales cederían al menos el uno por ciento de sus ingresos para causas sociales. El asturiano realizó el anuncio a mediados de agosto y, dos meses después, sólo ha encontrado la complicidad de seis futbolistas y un entrenador. Son tan pocos que merece la pena que se sepan sus nombres. Sólo dos están en lo más alto de la pirámide, Giorgio Chiellini (Juventus) y Mats Hummels (Bayern). Otros dos, Dennis Aogo (Stuttgart) y Serge Gnabry (Hoffenheim) juegan en la Bundesliga. Y completan la lista las jugadoras norteamericanas Álex Morgan (Seattle) y Megan Rapinoe (Orlando). La semana pasada abrió el camino de los entrenadores Julian Nagelsmann, técnico del Hoffenheim. De momento, la solidaridad apenas da para un equipo de fútbol 7 con entrenador. Y, como recalca el lema que aparece en la página web de la campaña: "Este objetivo necesita un equipo como ningún otro".
