"Dentro de este Avilés, Carlinos es un futbolista fundamental en el equipo por su forma de jugar, por su experiencia y por la manera que tiene de ayudar a los compañeros dentro del campo". El técnico blanquiazul, Iván Palacios, no escatima elogios al jugador de Noreña, de 30 años, que llegó al Avilés este verano tras pasar por el Condal, L´Entregu y el Sporting B en Segunda B. "Es un futbolista esencial, el que más influencia tiene ahora en el juego del equipo, y su presencia en el campo se nota", añade.

El problema es que el centrocampista blanquiazul está teniendo mala suerte con las lesiones. Empezó la temporada con un tobillo tocado y lleva cuatro semanas fuera tras sufrir ante el Marino (quinta jornada) una rotura de 2,5 centímetros en el isquiotibial derecho. El pasado domingo reapareció contra su exequipo, el Condal, al sustituir a Expósito a los 71 minutos, pero sigue entre algodones. "Me encontré un poco justo, desde luego no para jugar los 90 minutos, pero el equipo me necesitaba y había que aportar. Al final mereció la pena".

Y es que la difícil situación del Avilés, a un sólo punto del descenso después de nueve jornadas, llevó a los técnicos y al jugador a correr el riesgo porque "todos somos conscientes de que no estoy al cien por ciento", insiste el jugador. "Acabé bien porque controlé mucho el esprint y el golpeo con la pierna derecha para tratar de no llegar a situaciones límite y minimizar riesgos", explica.

El partido, además, era especial porque Carlinos es de Noreña, donde reside, y el pasado año jugó seis meses con el Condal. "Tenía muchas ganas de jugar, de que me vieran mis amigos, y fue todo muy especial". Un partido que concluyó con empate a un gol que da por bueno. "Era un choque a cara de perro porque los dos equipos estamos muy necesitados y sumar un punto después de empezar perdiendo es bueno, pero ahora hay que consolidar ese empate ganando al San Martín en el Suárez Puerta (17.00 horas) el próximo domingo".

Este es un año muy difícil para el Avilés después de los problemas institucionales que retrasaron la formación del equipo hasta mediados de agosto y la plaga de lesiones que merman aún más una plantilla muy justa, pero Carlinos ve motivos para la esperanza. "Está claro que nadie pensaba que íbamos a estar ahí abajo a estas alturas pero vamos a ir a más, aunque ahora el objetivo es no volverse locos, asumir que empezamos mal y pensar sólo en ganar cada domingo", comenta.

El próximo rival, el San Martín, es colista con cuatro puntos, sólo tres menos que los avilesinos, y Carlinos únicamente piensa en ganar. "No podemos seguir regalando puntos y en casa tenemos que hacernos fuertes e imponer nuestro estilo para que los rivales vengan sabiendo que les será difícil sumar", concluye.