Carlos Viesca, lugonense de 25 años, rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha el pasado domingo en el Requexón. Es la primera lesión de su carrera y le llega del modo más inoportuno porque el defensa del Marino pasará por el quirófano en un plazo de quince días y tendrá que estar parado unos seis meses, por lo que prácticamente dice adiós a una ilusionante temporada en el que el equipo luanquín es claro favorito para el título y el ascenso.

El jugador había entrado en el campo en el minuto 78 por Luis Morán y recuerda bien la jugada. "Fue al disputar un balón aéreo nada más salir y al intentar protegerlo me empujó por detrás un rival y la rodilla dobló hacia atrás". Una fatalidad que le apea del equipo en el peor momento porque, explica, "vamos líderes y se ponía todo de cara para lograr nuestros objetivos porque creo que tenemos la mejor plantilla", pero no se pone ninguna fecha para volver y sólo piensa en recuperarse bien. "Además del fútbol hay una vida y quiero estar bien, no quedarme cojo", señala.

Lo único bueno de la lesión, señala, es que comprobó el cariño de sus compañeros del Marino, "incluidos el presidente, Luis Gallego y el técnico, Oli Álvarez, que están muy pendiente" excompañeros, técnicos, e incluso clubes por los que pasó. "Estoy súper agradecido y hasta sorprendido por ese cariño", comentó Viesca.

Su misión a partir de ahora, concluye, será ver los partidos y animar desde la barrera. "Voy a ser un aficionado más y estoy convencido de que este año se va a subir porque hicimos lo más difícil, que era ponernos líderes, y hay 20 tíos muy buenos que van a sacar esto adelante y tener la continuidad que se necesita".