En la noche del 22 de noviembre de 2017 el Caudal Deportivo perdió una parte importante de su historia. Justo cuando el club está a punto de entrar en el año de su centenario, el que fuera directivo y delegado del primer equipo durante 32 años, José Antonio Mallada, falleció a los 73 años de edad en su casa de la Plaza Santa Bárbara. El mítico Toni Mallada dejó huérfano al Caudal tras una vida dedicada a su familia y a su Caudal Deportivo. Mallada falleció la noche del miércoles tras una larga enfermedad y sus restos serán bendecidos esta tarde, a las cuatro, en la iglesia San Pedro Apóstol de Mieres.

Mallada fue un hombre dedicado por y para el Caudal hasta el punto que en sus últimos días sólo repetía a sus allegados que "cuidaran del Caudal". El mierense fue un hombre de club de los que quedan pocos pero la campaña 1989-90 fue muy especial. Aquel curso el presidente, José María González Álvarez, quiso apostar por la cantera y le dio las riendas del primer equipo al técnico del juvenil, Luis Alfredo Puente. Junto al del mierense ascendieron una docena de jugadores además de un orgulloso Mallada que era el delegado de ese juvenil. Desde ese curso ya no se apartó de la primera plantilla hasta el 2010 firmando 32 años en el primer equipo.

En esos años han pasado muchos jugadores, entrenadores y hasta cinco presidentes pero todos le recuerdan con cariño como Roberto Ardura quien confesaba que "se ha ido un pedazo del Caudal". O Juan Antonio Ruidíaz, "Moli", quien explicó que "cuando llegué no estaba como delegado del primer equipo pero le devolvimos a esa función donde fue muy importante". Fueron cientos de personas las que ayer se acercaron al tanatorio de Mieres a dar un último adiós a Mallada y todos recordaban al mierense con cariño y emoción, tal y como expresaba el que fuera lateral zurdo blanquinegro Gayol. "Fue clave para el vestuario por su vitalidad y sentido del humor", apuntaba. Coincidía con otro ex jugador como Fidalgo quien destacaba que "era un símbolo del Caudal". Uno de los más emocionados era Puente con el que ascendió al primer equipo y quien confesaba que "es un día muy duro para mí pues era alguien irrepetible". Lo mismo que José Luis Quirós, con quien coincidió en el primer equipo cuatro temporadas, y que señalaba que "vivía por y para el Caudal".