"La igualdad esta temporada ha aumentado. No hay ningún equipo inferior a otro". Isma Piñera, entrenador del juvenil A del Sporting, describe así el escenario sobre el que su equipo ha protagonizado una primera vuelta casi perfecta. El conjunto rojiblanco se ha proclamado campeón de invierno en la exigente División de Honor, un título honorífico o "anecdótico", como matiza el técnico de los gijoneses. Los ha conseguido con números importantes: sólo ha cedido una derrota en quince jornadas, ante el Llano 2000, y desde entonces encadena once partidos invicto.

"La increíble predisposición que tienen en los entrenamientos se refleja en la competición", subraya Isma Piñera sobre la base del éxito de que el Sporting comande la tabla, con dos puntos sobre el Celta de Vigo y cinco sobre el Dépor. "La valoración es muy positiva porque somos un equipo muy renovado respecto al año pasado. Sin contar a los porteros, sólo tenemos cinco futbolistas de tercer año. El resto son de segundo, menos Pelayo Morilla, que es todavía de primero", recalca Isma, añadiendo mérito al futuro de estos canteranos.

"Siempre me gusta aspirar a lo máximo. El año pasado fuimos segundos y tuvimos el premio de disputar la Copa del Rey. Terminar primeros ahora es un aliciente. No sólo por ser campeón. Jugar la Copa de Campeones es lo máximo en esta categoría y puede ayudarnos para seguir mejorando", señala el que fuera central del Sporting. Isma se niega a hablar de individualidades y destaca la fortaleza como grupo. "Nos fijamos y luchamos para que todos jueguen algún día en El Molinón", concluye. Ante la falta de resultados en el primer equipo, el juvenil sí responde a la exigencia de ser el rival a batir.