Un día en el que todo te sale mal puede ser el mejor para empezar a cambiar las cosas. El Unión Financiera tocó fondo en la derrota (78-83) frente al Cáceres. En la LEB Oro se puede perder contra cualquiera, pero la forma en la que lo hizo el equipo ovetense dejó muy mal sabor de boca a la afición de un polideportivo de Pumarín poco acostumbrada a irse así a casa. A los jugadores no se les podía acusar de dejadez pero sí que se les vio, por momentos, perdidos, defendiendo mal, sin orden en ataque y sin saber cuándo correr o cuándo buscar por dentro a Arteaga. En el segundo y tercer cuarto de ese encuentro recibieron 50 puntos y se metieron al último con una desventaja de 15 a la que intentaron dar la vuelta. Sin éxito. Era la tercera derrota en cuatro partidos y la segunda consecutiva en casa. Había un problema y había que cortarlo de raíz. La reacción ha llegado con tres victorias en los últimos cuatro encuentros y ha venido desde la defensa. Además, la plantilla se ha demostrado a sí misma que es capaz de superar a la aristocracia de la LEB Oro, a equipos como Melilla o Manresa.

Empezar desde atrás. Resumir la mejoría defensiva del equipo ovetense en el número de puntos recibidos es algo simplista. Si el ritmo de juego es alto los marcadores pueden ser abultados y la defensa seguir siendo buena. Lo que ha hecho el Oviedo Baloncesto es empezar a defender como un equipo. Da la sensación de que los jugadores se conocen mejor y ya intuyen qué va a hacer cada compañero. Ese segundo les está haciendo recuperar balones que al principio se escapaban y llegar mucho antes a todo. A los exteriores de Manresa le costó un mundo tirar desde fuera porque siempre había un jugador azul dificultando los lanzamientos. Las buenas defensas, además, ayudaron mucho al ritmo en ataque.

Belemene como termómetro. El congoleño es determinante para el Unión Financiera. Es un alero con un físico privilegiado y que puede jugar de ala-pívot si el equipo lo necesita. Los días que está enchufado el conjunto ovetense lo nota mucho. Su anotación en el tercer cuarto ante Manresa fue decisiva para que los carbayones empezaran a coger una renta considerable. Lo malo para los de Carles Marco es que también lo sufren cuando tiene un mal día. Belemene tiene una cierta tendencia al caos que puede arrastrar a todo el equipo. En los últimos partidos parece haber encontrado su mejor versión.

Víctor tira del carro. Lo de Víctor Pérez esta temporada está empezando a ser un auténtico escándalo. El capitán es el líder por su trayectoria en el club y por su veteranía, pero es que además es uno de los jugadores más determinantes de la plantilla. A los 35 años atraviesa por un estado de forma espectacular, hace más cosas que nunca y para saber cómo es capaz de defender tan solo hay que preguntarle a su amigo y exjugador del Unión Financiera Álvaro Muñoz. El domingo lo ató en corto. A su buena mano desde la línea de tres hay que sumar ahora sus penetraciones a canasta. Con 27.06 minutos por encuentro es el que más juega de todo el equipo.

Pumarín siempre ayuda. Ayuda Pumarín porque nunca escatima un aplauso a los suyos, porque les tiene en cuenta lo bueno y pocas veces lo malo y porque el club puede sentirse orgulloso de cómo se comporta la afición que asiste a la cancha. El domingo ante Manresa dieron un aplauso al exjugador local Álvaro Muñoz de los que dejan huella a un jugador. Durante el partido empujaron al equipo en los momentos importantes, dando al encuentro un tono épico que le vino muy bien. Pero lo mejor de Pumarín lo explicaba el entrenador rival, Aleix Durán, en la rueda de prensa posterior al encuentro: "Es una cancha que me gusta, es agradable, el ambiente es positivo, no es contra el otro equipo sino a favor del tuyo. Es un sitio bonito para jugar".