Pocas veces unos octavos de final de la Copa de Europa habrá deparado eliminatorias tan exigentes como las que deparó ayer el bombo de la UEFA en Nyon. "Podría haber sido una final", reaccionó Emilio Butragueño al emparejamiento del Madrid con el Paris Saint-Germain, que con la llegada de Mbappé y Neymar parece haber dado el salto de aspirante a candidato. Tampoco está nada mal el emparejamiento entre el Barcelona y el Chelsea, que dejará fuera a un campeón de Europa a las primeras de cambio. El tercer equipo español clasificado, el Sevilla, también tendrá que llegar fino a febrero para plantar cara al Manchester United, un clásico de la competición.

"Serán dos grandes partidos. Los aficionados vivirán momentos mágicos de fútbol en Madrid y en el Parque de los Príncipes", declaró el presidente del París Saint-Germain, Nasser Al-Khelaïfi, el hombre que reventó el mercado de fichajes el pasado verano con Neymar y Mbappé. Tal derroche sólo se justificará con títulos y el de la liga francesa se da por amortizado. El entrenador del PSG, Unai Emery, sabe que una eliminación en octavos de final, aunque sea con el actual campeón, equivaldría a su salida del banquillo parisino.

"No creo que hayamos tenido el peor sorteo posible", señaló Emery, que añadió: "Tenemos el nivel para afrontarlos. La Liga de Campeones consiste en medirse a los mejores. Estamos contentos de desafiarles". Emery no ha ganado en ninguna de sus nueve visitas al Bernabéu y sólo arrancó un empate. Por contra, el Madrid cayó ante el cuadro francés en las dos eliminatorias anteriores, en los cuartos de final de la Copa de la UEFA 1992-93 y en los de la Recopa 1993-94.

Para el Barcelona no fue ninguna sorpresa su emparejamiento con el Chelsea, que no podía enfrentarse a cinco de los ocho equipos incluidos en el bombo 1. Será una eliminatoria que trae buenos (el gol de Iniesta en Stamford Bridge) y malos recuerdos (la derrota en la semifinal de 2012 que cerró el ciclo de Guardiola) al barcelonismo. El defensa francés Eric Abidal, que vivió los dos momentos, aseguró que el de 2009 en Londres fue "un partido increíble".

El entrenador actual del Chelsea, Antonio Conte, no dio importancia a los enfrentamientos previos y se mostró conforme con el sorteo: "A estas alturas de la competición tienes que estar preparado para medirte con cualquier equipo". Algo parecido a lo que opina Ernesto Valverde: "Ya sabíamos que no iba a ser fácil porque habían grandes equipos en el bombo y nos ha tocado uno de los más complicados".

Valverde ha apuntado que el Chelsea es un "equipo muy físico y fuerte, que tiene un esquema muy marcado y que está muy bien trabajado tácticamente", en referencia al 3-5-2 habitual de Conte, en el que tienen mucha presencia los españoles Azpilicueta, Marcos Alonso, Cesc, Pedro y Morata.

Al Sevilla le correspondió otro de los "huesos" del bombo de campeones de grupo, un Manchester United que tras la derrota en el derbi del domingo frente al City tendrá que centrarse en Europa para salvar la temporada. Es, además, la competición fetiche de su entrenador, José Mourinho, como destacó ayer el sevillista Pablo Sarabia, que coincidió con el portugués en el Real Madrid: "Mourinho prepara las eliminatorias muy bien".

Por eso, Sarabia destacó la importancia que tendrá la ida en el Sánchez Pizjuán, para llegar con opciones a Old Trafford: "Tendremos que salir muy fuertes y sacar un buen resultado para la vuelta, porque allí van a presionar y van a intentar jugar con el factor campo". Sarabia desveló que "los únicos" adversarios a los que quería evitar "eran el City y el PSG, dos rivales llamados a conquistar el título".

Sarabia añadió: "Soy de marcarme objetivos a corto plazo y lo más cercano es pasar esa eliminatoria. El Sevilla se lo merece, y el año pasado nos quedamos con las ganas".