Ganar a Manresa es ya de por sí una buena noticia. Hacerlo con un canterano como Alonso Meana jugando minutos es todo un orgullo para un club como el Unión Financiera. El equipo ovetense puede quedarse con casi cualquier detalle del encuentro que ganaron (81-76) el domingo al conjunto catalán, pero el tiro libre que anotó este junior de segundo año y el carácter que puso en la cancha para enfrentarse a jugadores de un nivel muy superior al suyo fueron quizás las dos cosas que más gustaron a un público que se fue con la sensación de haber vivido una noche perfecta tras ver al mejor Oviedo Baloncesto de la temporada.

Un guaje con grandes maestros. Alonso Meana, nacido en Gijón en el 2000, podrá quejarse de muchas cosas pero no de los maestros que ha tenido para aprender a jugar de base. Empezó a hacer pretemporadas con el primer equipo estando en Oviedo un tal Ferrán Bassas. El catalán cumple ahora su segunda temporada consecutiva en la ACB, en las filas del Tenerife. También en la máxima categoría está Dani Pérez, en el Gipuzkoa, con el que entrenó toda la pasada campaña. Ahora comparte vestuarios con Fran Cárdenas, que también estuvo en la ACB, y con Fabio Santana. Los dos están entre los mejores de la LEB Oro. Por no hablar de sus entrenadores, que también fueron bases: Carles Marco fue internacional con la selección española y Javi Rodríguez un base con una fructífera trayectoria en la elite. Desde el club ovetense cuentan que Alonso Meana es un niño por su edad pero que trabaja como si fuera un profesional más.

Empezar desde atrás. Entre las claves de la victoria del conjunto ovetense está la mejoría defensiva. Resumirla en que el equipo ovetense disminuyó el número de puntos recibidos es algo simplista. Si el ritmo de juego es alto los marcadores pueden ser abultados y la defensa seguir siendo buena. Lo que ha hecho el Oviedo Baloncesto es empezar a defender como un equipo. Da la sensación de que los jugadores se conocen mejor y ya intuyen qué va a hacer cada compañero. Ese segundo les está haciendo recuperar balones que al principio se escapaban y llegar mucho antes a todo. A los exteriores de Manresa le costó un mundo tirar desde fuera porque siempre había un jugador azul dificultando los lanzamientos. Las buenas defensas, además, ayudaron mucho al ritmo en ataque.

Belemene como termómetro. El congoleño es determinante para el Unión Financiera. Es un alero con un físico privilegiado y que puede jugar de ala-pívot si el equipo lo necesita. Los días que está enchufado el conjunto ovetense lo nota mucho. Su anotación en el tercer cuarto ante Manresa fue decisiva para que los carbayones empezaran a coger una renta considerable. Lo malo para los de Carles Marco es que también lo sufren cuando tiene un mal día. Belemene tiene una cierta tendencia al caos que puede arrastrar a todo el equipo. En los últimos partidos parece haber encontrado su mejor versión.

Víctor tira del carro. Lo de Víctor Pérez esta temporada está empezando a ser un auténtico escándalo. El capitán es el líder por su trayectoria en el club y por su veteranía, pero es que además es uno de los jugadores más determinantes de la plantilla. A los 35 años atraviesa por un estado de forma espectacular, hace más cosas que nunca y para saber cómo es capaz de defender tan solo hay que preguntarle a su amigo y exjugador del Unión Financiera Álvaro Muñoz. El domingo lo ató en corto. A su buena mano desde la línea de tres hay que sumar ahora sus penetraciones a canasta. Con 27.06 minutos por encuentro es el que más juega de todo el equipo.

Pumarín siempre ayuda. Ayuda Pumarín porque nunca escatima un aplauso a los suyos, porque les tiene en cuenta lo bueno y pocas veces lo malo y porque el club puede sentirse orgulloso de cómo se comporta la afición que asiste a la cancha. El domingo ante Manresa dieron un aplauso al exjugador local Álvaro Muñoz de los que dejan huella a un jugador. Durante el partido empujaron al equipo en los momentos importantes, dando al encuentro un tono épico que le vino muy bien.