El videoarbitraje en el fútbol (VAR) levanta muy serias discrepancias, y quedó de manifiesto en la reunión anual de "amigos de Toni" que se celebró ayer en Avilés promovida por Toni Fidalgo, expresidente del Oviedo y directivo de la LFP entre otros cargos, que contó con la presencia de Carlos del Campo, vicepresidente ejecutivo de la LFP; Pedro de Tomás, presidente del Comité de Apelación de la UEFA; Manuel Díaz Vega, director técnico del Comité Técnico nacional de Árbitros; Manuel Vega-Arango, expresidente del Sporting; Manolo de la Fuente, expresidente del Oviedo; los exárbitros internacionales Manuel Enrique Mejuto y César Muñiz; exjugadores como Juan Valdés, Toño Velázquez, Esteban o Arias; abogados como Agustín Azparren y Nacho Álvarez-Buylla; políticos como Antonio Trevín o el periodista José Luis López del Valle, entre otros.

Entre los detractores está Pedro de Tomás porque, explicó "no soy partidario de que se ponga en tela de juicio la autoridad del árbitro, de que se paren los partidos para arbitrar el arbitraje, y porque no son tantos los errores de los árbitros. Yo soy un amante del fútbol como es, el histórico".

Toni Fidalgo dice que el VAR "tiene un problema para cada solución". Y añade: "Me parece un error que se pagará con el tiempo porque va a dar muchísimos líos al fútbol; además no entiendo que se cambie algo que va bien. Dejémoslo así porque, aunque puedo admitir el ojo de halcón para las líneas de gol, es muy costoso y sólo hay una media de 1,5 jugadas en los últimos diez años con dudas". Manuel Vega-Arango no es tan categórico: "A mí me gusta mucho el fútbol como está y veremos cómo termina porque el VAR exige inversiones importantes y es algo a analizar porque el mundo se mueve por el dinero". El exjugador Juan Valdés, dice que el juego va a perder "la emoción, el sentimiento y gracia sin discusión". Antonio Trevín ve ventajas, pero muchos inconvenientes. "El fútbol necesita un ritmo y estamos viendo que el VAR rompe los partidos. Es verdad que puede resolver temas puntuales, pero son pocos en una temporada". Carlos del Campo está en el otro bando. "Yo creo que será bueno porque el fútbol tiene que ir acorde con la tecnología y se supone que es una herramienta que va a mejorar el fútbol". En términos similares se manifiesta Manolo de la Fuente. "Lo veo como un mecanismo de ayuda a las decisiones arbitrales y creo que el futuro del fútbol pasa por ahí. Otra cosa es que se esté utilizando correctamente y es verdad que tiene que ser más ágil porque si el árbitro es capaz de decidir en décimas de segundo no entiendo que alguien delante de una televisión no lo haga en 10-20 segundos".

Díaz Vega cree que el único problema "es que no tiene inmediatez porque se tarda tres o cuatro minutos y eso es una eternidad en un partido. A partir de ahí todo lo que sea herramienta de ayuda al árbitro bienvenido sea". César Muñiz habla de un mecanismo para evitar errores y que prime la legalidad que el colegiado agradece porque, señala, "el árbitro es el primero que se va mal a casa cuando hay un error importante", aunque ve un inconveniente en que se paren los partidos y se pierda la viveza y el espíritu del fútbol. Agustín Azparren lo defiende "desde el primer día" porque, comentó, "la tecnología vale para ser más justos y prescindir de ella me parece una barbaridad".