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La etapa más empinada para Chris Froome

Según el análisis del laboratorio antidopaje de Madrid, en cada mililitro de la orina de Chris Froome del pasado 7 de septiembre había 2.000 nanogramos de salbutamol, justo el doble de lo permitido por la Unión Ciclista Internacional (UCI). Hasta ahí los datos objetivos. Después llegan las interpretaciones. Para unos, "resultado adverso". Para otros, un positivo como una casa. Ahora Froome tiene la palabra para justificar ese exceso de la sustancia por sus problemas de asma. A primera vista, el británico lo tiene mal porque hay dos precedentes que acabaron con sanción: a Petacchi, por 1.352 nanogramos, le suspendieron un año; a Ulissi, el último caso hasta ahora, nueve meses. La clave está en que Froome y sus abogados consigan demostrar que el exceso de salbutamol se debe a causas naturales, producido por su propio cuerpo después de un esfuerzo intenso y prolongado, y no por vía oral, lo que dejaría rastros en su hígado.

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