El Unión Financiera sigue escalando posiciones, ya es quinto, y dejando buenas sensaciones semana a semana. El equipo ovetense derrotó con solvencia al filial del Barcelona, un equipo que en su campo solo había perdido tres partidos esta temporada. El de Carles Marco es ahora un equipo que defiende bien casi siempre, que tiene arreones de anotación esporádicos muy difíciles de frenar por los rivales y que además ha reducido bastante esos momentos en los que se va del partido, en los que de pronto el caos se apodera de unos jugadores que hasta ese instante estaban haciendo las cosas bien.

Esta evolución tiene como resultado un equipo que ayer ganó con menos comodidad de lo que dice el resultado pero con bastante solvencia a un Barcelona B que dispone de grandes talentos en su plantilla, como un Kurucs que a punto estuvo de costarle un disgusto a los asturianos.

La entrada de los hombres de Carles Marco a la cancha del filial azulgrana no fue todo lo buena que cabía esperar. El partido se convirtió en un intercambio de canastas que no convenía demasiado a los visitantes. El Oviedo Baloncesto tenía que llevarse este partido por oficio, por trabajo y por ser un conjunto mucho más hecho que su rival. El primer parcial acabó con una exigua ventaja (21-23) del Unión Financiera.

Todo cambió en el segundo parcial y la diferencia estuvo en el paso adelante que dieron en defensa pero también en la buena lectura que hizo el equipo ovetense de lo que necesitaba hacer para ganar el partido. En ese apartado, el de la inteligencia, conviene destacar una vez más a Víctor Pérez. El capitán del Oviedo Baloncesto ha sido confundido muchas veces con un simple tirador, pero es mucho más que eso. Ayer sumó ocho puntos y once asistencias, muchas de ellas de una calidad que demuestra el talento y el conocimiento del juego de un escolta que atraviesa además por un estado de forma espectacular.

Al carro se subió también un Belemene que anotó ocho puntos y que fue una pesadilla para los azulgranas. Todo estaba funcionando, con un Fabio Santana que ayer dirigió al equipo con maestría. Los ovetenses se fueron a los vestuarios con una ventaja de 14 puntos (35-49) tras endosarle al Barcelona B un 14-26 en el segundo cuarto. Determinante en ese parcial y en todo el partido fue también un Geks que sigue creciendo y que cada vez aporta más cosas al equipo.

La entrada al tercer cuarto parecía que iba a ser la sentencia. Una canasta de Arteaga y un triple de Víctor Pérez elevaban la ventaja a 19 puntos (35-54) a 8.50 de terminar el parcial. Pero el acierto rival llegó y el desconcierto en el que todavía caen por momentos los ovetenses hizo que el partido se mantuviera muy vivo hasta poco antes del final.

Al último parcial entraron los carbayones con una ventaja que se había reducido a nueve puntos (55-64). Víctor Pérez volvía a estirar la renta con un triple nada más salir pero a partir de ahí las cosas se complicaron. Dos triples de Dedovic pusieron al filial del Barça a seis (61-67) a 8.25 del final. Los ovetenses tuvieron temple para que el partido no se les fuera y también a un Barro que puso orden bajo los aros, dominó el rebote y sofocó una rebelión liderada por un colosal Kurucs. De ahí al final el parcial fue de 10-19 y la victoria para el Oviedo.

El Unión Financiera vuelve el viernes (20.45 horas) a Pumarín para enfrentarse al Iberostar Palma. Una buena ocasión de seguir creciendo en el juego y en la clasificación.