"Jairo es historia. Los que me importan son los que están, que serán lo que nos lleven a conseguir el objetivo de la temporada". Así valoró el técnico del Marino, Oli Álvarez, el primer partido sin el goleador tras su marcha al Rayo Majadahonda (Segunda B). "El objetivo ahora es fichar dos jugadores que nos den equilibrio a la plantilla para afrontar lo que resta de año", añade.

Lo cierto es que el equipo respondió a la ausencia del goleador con una "manita" a L'Entregu al marcar Quero, Luis Morán (2), Wilmer y Riki. El técnico destacó el trabajo de Wilmer, sustituto de Cárcaba. "Nos da más velocidad y desmarque al espacio, dos cualidades que nos vinieron muy bien porque el campo era grande". Y añadió: "Hizo lo que le pedí, lo que me gusta que haga arriba y con su trabajo dejó más espacio a Luis Morán para generar mucho peligro".

Oli valoró el derroche físico de los dos equipos en un campo con mucha agua, y una climatología desagradable y la respuesta de los suyos tras el parón navideño. "Hablé muy poco de eso porque suena a justificación y excusa cuando se pierde. Me preocupaban otras cosas, como las dificultades que nos había puesto L´Entregu en la ida (1-1) y la forma de superarlo. El resto son leyendas".

El equipo entrenó ayer en Miramar con sólo doce efectivos porque "tengo la gripe metida en el vestuario", explicó Oli. Y es que las duras condiciones climatológicas que sufrieron los jugadores durante el partido del pasado domingo en el Nuevo Nalón de El Entrego (entre 4 y 5 grados) pasaron factura y ayer fueron numerosas las bajas por gripe.

David González y Guaya jugaron el domingo con fiebre y ayer no entrenaron, al igual que Luis Morán y Pablo Hernández, que cayeron en las horas posteriores al partido. A estas bajas se une la del central Adrián Trabanco, que sufre un esguince de tobillo tras caerle encima un rival en los minutos finales del encuentro en el Nuevo Nalón, que se saldó con una amplia victoria luanquina (1-5) ante L'Entregu.

El equipo descansa hoy martes y mañana (10.00 horas) volverá al trabajo en Miramar para empezar a preparar el partido del próximo domingo (17.000 horas) contra el Tuilla en casa. Uno de los partidos más atractivos de la temporada que abrirá la segunda vuelta en el campo luanquín y que ambos equipos esperan con ganas tras el empate a dos de la ida en el campo del Candín.