El Valencia se clasificó este martes para los cuartos de final de la Copa del Rey tras golear a la Unión Deportiva Las Palmas en Mestalla (4-0) gracias a un 'hat-trick' de Luciano Vietto, que tuvo un partido soñado con un gol desde casi 40 metros, y otro de Nemanja Maksimovic.

El equipo de Marcelino García Toral doblegó sin miramientos a Las Palmas confirmando su gran temporada no solo en Liga, sino también en la competición del 'KO'. Este martes, el conjunto 'che' olvidó el 1-1 de la ida y salió a por todas desde el comienzo. Los locales lograron su cometido y dieron un golpe sobre la mesa antes del descanso.

Andreas Pereira avisó a los diez minutos con un zurdazo que se fue por poco y Nacho Gil -asistido por Zaza- erró en un mano a mano en el ecuador del primer acto. Las Palmas, por su parte, lo intentó en alguna acción del reaparecido Halilovic, pero no encontró el camino para comprometer a los valencianistas, muy serios en defensa.

Después de varias ocasiones fue Vietto, cedido por el Atlético de Madrid, quién inauguró la cuenta tras un disparo de Zaza que repelió Lizoaín. El rechace cayó en botas del delantero argentino, que fusiló para conseguir su primer tanto como jugador 'che' y también su primer gol en la presente temporada.

Más de cuatro meses vestido de rojiblanco no le habían permitido estrenarse como goleador este curso y este martes, en su segundo partido con el Valencia, firmó hasta tres. Todo le salió a pedir de boca al jugador cordobés, que estableció el 2-0 nada más comenzar la segunda mitad. En esta ocasión picó el cuero por encima del portero canario con mucha elegancia.

Sin tiempo para la reacción, los de Paco Jémez volvieron a pagar muy caros sus errores en defensa. Uno de ellos, con entrega a Maksimovic en el borde del área, sirvió para que el centrocampista serbio colocase el 3-0 y desatase la locura en el templo valencianista. Sin embargo, todavía quedaba por llegar el mejor gol de la noche.

A falta de 20 minutos para el final, Vietto se hizo dueño del balón en el medio del campo, controló el esférico y marcó desde su casa. El argentino aprovechó su estado de gracia y batió a Lizoaín con un disparo preciso desde casi 40 metros. El gol cerró un partido que deja a Las Palmas con un único cometido: la permanencia, y que pone alas a su rival: un Valencia que está dispuesto a todo en este 2018.