El Unión Financiera despertó a tiempo y pudo sumar una victoria que, aunque al final pareció plácida, se complicó mucho tras un primer tiempo muy malo por parte de los locales. En la segunda mitad los de Carles Marco subieron el nivel defensivo y empezaron a atacar con más criterio, lo que les sirvió para llevarse una victoria que al final pareció hasta plácida ante el riojano Clavijo, conjunto entrenado por el ovetense Jenaro Díaz.

La salida a Pumarín del equipo riojano fue espléndida, más allá de los errores locales. El equipo de Jenaro Díaz provocó seis pérdidas de balón por parte de un Unión Financiera incapaz de encontrar su ritmo, de hacer su juego, y quizá, sabedor de su superioridad en el juego interior, demasiado obsesionado con meter balones a Óliver Arteaga. El 15-26 con el que se cerró el primer cuarto daba buena cuenta de lo que estaba sucediendo sobre el parqué.

Nada cambió demasiado en el segundo cuarto, aunque el Clavijo fue incapaz de aguantar el ritmo que había marcado y cometió el error de dejar vivo a un Unión Financiera que parecía estar en uno de esos días grises, en los que se le escapan victorias ante rivales a los que supera en cuanto a plantilla. El hecho es que el equipo de Logroño llegó a tener diecisiete puntos de ventaja (19-36) a 7.13 minutos del descanso.

Inmediatamente llegó la reacción de los de Carles Marco, que endosaron un parcial de 10-0 que les acercaba en el marcador (29-36) y que metía en el partido a un público que no era capaz de reconocer en la pista al equipo de las anteriores jornadas. En la reacción tuvo mucho que ver un Maynard al que se vio ayer más concentrado que nunca. Su labor en defensa fue fundamental.

El Unión Financiera logró irse al descanso metido en el partido (36-42), siendo el marcador lo mejor que le había pasado al cuadro ovetense en esos veinte primeros minutos.

La historia cambió por completo en el segundo tiempo. Da la sensación de que la moral que cogieron los ovetenses y la decepción del Clavijo al ver a su rival tan cerca en el marcador después del buen trabajo realizado fueron definitivas para la resolución del choque. Menos de cinco minutos tardaron los de Carles Marco en ponerse por primera vez por delante (49-47) tras un triple de un ayer muy acertado Geks (cuatro de cinco en tiros de tres).

El Clavijo fue capaz de seguir enganchado al partido hasta el último cuarto, en parte por sus méritos y en parte por algunos deméritos locales. Ayer no fue el día de un jugador tan importante para los ovetenses como Mouhamed Barro, fuera del encuentro por las faltas personales e incapaz de entrar en el partido. Echaron en falta los locales su capacidad para coger rebotes y para atacar el aro rival. Un mal día en la oficina para un jugador que está dando un rendimiento espléndido.

El que sí tuvo su día a pesar de estar muy exigido por la cantidad de minutos que le está tocando asumir fue Santana. Aguantó la presión de los bases rivales y llevó con acierto al equipo, sobre todo en una segunda parte que también para él fue la mejor. Anotó (16 puntos), dio asistencias (5) y entró a canasta con su habilidad y velocidad habituales. Él fue el más valorado (24) de los carbayones y el gran responsable de que en el último cuarto los de Carles Marco finiquitaran el encuentro rápidamente y noquearan al Clavijo.

Necesitará un poco más el Unión Financiera para evitar sustos y continuar en esa bonita lucha entre los aspirantes al ascenso.