El Real Avilés tenía la baza del partido aplazado ante el Praviano para separarse de los puestos de descenso, pero falló y se confirma en la 17.ª plaza de la clasificación, con solo tres equipos por debajo, cuando los posibles arrastres desde la Segunda B invitan a pensar que para estar tranquilos hay que superar a cinco. La tercera derrota consecutiva hace daño, pero es que la situación de la plantilla apenas a cambiado y el técnico, José Luis Díaz "Xiel", sigue clamando por refuerzos, mientras otros jugadores, como Sergio Menéndez, se van, o se quieren ir, como Luis Nuño. Ayer fue el debut de Nico Pandiani, recién llegado, y del portero Borja Piquero, pero el resultado fue el mismo, derrota.

El conjunto avilesino peleó y, en palabras del entrenador Xiel, mejoró su imagen respecto al último partido, pero no pudo con el Praviano que acabó ganando 1-0 y que tuvo opciones de haberse llevado algún gol más. El partido comenzaba con un Avilés que buscaba la portería de Raúl Paulino, consiguiendo un saque de esquina al finalizar la primera jugada. Fue todo lo que le duró la gasolina a la escuadra del Suárez Puerta en el primer tiempo. A partir de ese momento, el Praviano mandó en el campo, encerrando al conjunto blanquiazul. Los hombres de Julio Llanos estaban desplegando un gran juego, y el premio a su insistencia llegó en el minuto 38, cuando Mario Sánchez finalizaba con un espectacular golpeo por la escuadra una bonita jugada combinada, estableciendo el 1-0.

En la segunda parte, el Praviano volvía a salir con la intención clara de ampliar su renta en el marcador, buscando sin cesar a sus rápidos extremos Guille Méndez y Xabi Semedo, quien en el minuto 55 era derribado por un contrario dentro del área realavilesina. El colegiado no pitó penalti a pesar de las protestas del público. Poco después los pupilos de Xiel disfrutaron de su única ocasión clara en el partido, en una jugada con muchos rebotes en el área local, que acabó con la defensa del Praviano sacando bajo palos el balón. Semedo cayó de nuevo en el área visitante tras la entrada de un rival, pero tampoco hubo penalti. Finalmente, en el descuento, el extremo vasco volvía a ser derribado y esta vez el trencilla señaló la pena máxima. El propio Xabi erraría en el lanzamiento, y acto seguido era señalado el final del encuentro con el 1-0 en el marcador.