Oli no podrá sentarse en el banquillo en el derbi comarcal de hoy en Miramar ante el Avilés. El entrenador del Marino cumple su segundo partido de sanción, pero tiene bien aleccionados a los suyos para que no se relajen ante un rival que a priori puede parecer asequible. "El Avilés está en una situación complicada, pero yo me preocupo bastante más de los nuestro, de sacar el mejor equipo que podamos, hacer las cosas bien y tratar de recuperar la senda de la victoria", sentenció el entrenador marinista ayer.

Y es que tampoco están las cosas para otro planteamiento, con un Avilés que llega con casi la mitad del equipo recién fichado: "Es lógico que nos centremos en lo nuestro porque Xiel ha estado haciendo malabares cada domingo y ahora necesita un tiempo, así que es imposible saber qué equipo va a sacar en Miramar".

Los derbis son siempre especiales y Oli espera un partido bonito. "Somos dos equipos hermanos, que creo que mantienen buenas relaciones. Ahora las circunstancias son otras, pero el Avilés es un histórico no solo de esta categoría, sino también de Segunda B y hasta Segunda. Desearía que ni él ni ningún equipo los tuviera, no es bueno para el fútbol", señala el entrenador.

El Marino llega de tres empates consecutivos y quiere dar un paso adelante. "No tenemos ninguna preocupación, lo que queremos es volver a ganar. Estamos cerca, lo que nos falta es un poco más de acierto en los últimos metros", afirma. Tampoco le preocupa la clasificación a estas alturas: "Aquí nadie se escapa. Ni nosotros íbamos a darnos un paseo militar, ni tampoco ahora el Vetusta se aleja porque dos puntos no son nada. Hay que mantener la calma y volver a ganar porque esta pelea va a ser así hasta el final".

El técnico espera que la gente se anime a ir a Miramar pese al mal tiempo que se pronostica: "Creo que vendrá gente, es un partido para ello. Es una pena que los dos derbis -por el Oviedo-Sporting-, hayan caído en un fin de semana así".