La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Oviedo de Anquela vuelve al punto de partida

El Oviedo de Juan Antonio Anquela ha dado unas cuantas vueltas para volver a la casilla de salida. La pretemporada dejó muchas incógnitas y una sola certeza: el equipo era una roca en defensa. Pero fue empezar la Liga y sufrir tres goles del Rayo Vallecano en el Carlos Tartiere. Desde ese descorazonador debut hasta el punto de inflexión que coincidió con el cambio en la portería y de dibujo táctico (frente al Numancia, jornada 16), el Oviedo sólo fue capaz de dejar tres veces su portería a cero. A partir de entonces, nueve partidos sin perder, cinco de ellos con Alfonso Herrero imbatido.

Por eso y por otras muchas cosas, el Oviedo de esta temporada lleva incorporada la muletilla "de Anquela". Igual que se habló del Alcorcón de Anquela o el Huesca de Anquela. Con una diferencia. Además del material humano para armar un equipo sólido y fiable, el veterano técnico cuenta con jugadores capaces de marcar la diferencia. Con él, sobre todo a partir de esa nueva disposición, Saúl Berjón y Aaron Ñíguez han encontrado el entorno más favorable para convertirse en los futbolistas desequilibrantes que todos esperaban.

Ese buen funcionamiento colectivo ha relativizado, por no decir anulado, el efecto de las numerosas bajas que ha tenido el equipo ya desde el verano. La ausencia de Toché no supuso ninguna catástrofe porque el gol pasó a ser también un asunto de todos. Linares aportó lo suyo, pero también lo hicieron centrocampistas como Rocha, carrileros como Johannesson y, por supuesto, defensas como Carlos Hernández, el central más goleador de la categoría. En definitiva, el Oviedo de Anquela.

Compartir el artículo

stats