Abelardo Fernández, el entrenador asturiano del Deportivo Alavés, está logrando un éxito espectacular con el equipo vitoriano. Cuando él llegó hace tres meses el conjunto estaba a seis puntos de la salvación y ahora está a siete por encima. Ayer reforzó esta extraordinaria escalada con su victoria en el campo de La Cerámica contra el Villarreal.

El Alavés consiguió una meritoria victoria en un encuentro vibrante y precioso, en el cualquiera de los dos pudo ganar luciendo dos estilos de juego contrapuestos. El conjunto vitoriano exhibió un fútbol rocoso en defensa y supo aprovechar sus pocas, pero claras ocasiones de gol, frente a un rival que tuvo una posesión absoluta del balón, aunque la falta de acierto en los metros finales le privó de puntuar.

Los primeros minutos fueron de tanteo, pero rápidamente el balón se puso del lado del Villarreal. El dominio amarillo hasta el descanso fue casi absoluto. Al Alavés, replegado, parecía que el 0-0 le valía. Munir arañó segundos antes de sacar un córner, en el minuto 40, que no sabía que pondría por delante al Alavés. Ely peinaba de cabeza una pelota que se coló ajustada al poste de Asenjo. En la reanudación, el conjunto castellonense buscaba a la desesperada el gol y cada vez se le veía más dominado por los nervios, mientras que el Alavés estaba cada vez más cómodo. Ibai, que acababa de saltar al terreno de juego, culminó una rápida transición para anotar el 0-2 y dejar el partido muy cuesta arriba para los locales.

Sin embargo, no dio el Villarreal el partido por perdido y buscó meterse de nuevo en el duelo, lo que logró tras aprovechar Bacca una confusa jugada en el área para recortar diferencias y poner emoción al tramo final del encuentro (1-2).

El muro vitoriano resistió. Con el asturiano Abelardo Fernández se ha hecho duro y tiene la salvación cada vez más cerca. Tres puntos muy competidos en los que el Villarreal tal vez mereció algo más, pero en el fútbol los méritos los marcan los goles.