Madrid

Portugal ganó por primera vez la Eurocopa de Europa de fútbol sala al vencer en la final a España, con un gol en el último segundo de la prórroga un partido emocionante (3-2). Las grandes figuras de ambos países se daban cita con un gran protagonista por encima de todos: Ricardinho. Nada más empezar, había pasado apenas un minuto cuando llegó el primer tanto de la noche. Ricardinho bombardeaba la meta de Sedano con un poderoso zurdazo que entró de lleno.

Los jugadores españoles habían recibido un duro golpe, pues era ir perdiendo ya una final desde el inicio. Además, cuando España trataba de echarse para arriba, se topaban con la dura defensa de Portugal, que era inexpugnable. Sin embargo, según avanzába la primera parte, España comenzaba a hacerse con la bola y la muralla lusa ya no era tan inexpugnable. Al borde del descanso Marc Tolrá marcaba el empate para España gracias a una jugada donde había muchas piernas.

En la segunda parte comenzaba España con la posesión del balón y a la mínima que podía se iba al ataque. Sin embargo, en algunas ocasiones despistes en la salida del balón obligaban a actuar al máximo a un seguro Sedano. Otra buena noticia para España, era el regreso de Lin al campo, que parecía que iba a arriesgar.

Los lusos comenzaban a tirar a la portería, pero allí se iban a encontrar con un grandísimo Sedano. Pocos minutos después llegó el segundo tanto de España, que salió de las botas de Lin. Una dura falta portuguesa al borde del área dejó un tiro peligroso para los españoles, que tras un gran movimiento de Ortiz y Marc Tolrà dejaron solo a Lin.

Tras muchos minutos sentado, Ricardinho volvía y volvía para hacer de las suyas con dos grandes jugadas. Acto seguido, España tuvo una gran ocasión desde el doble penalti para cerrar el partido. Sin embargo, el tiro de Miguelín se estrelló con el travesaño con mucha violencia. Portugal parecía muy cansado, si las ocasiones no llegaban de la mano de Ricardinho, no había ocasión.

A falta de tres minutos para el final, el combinado luso colocó al famoso portero-jugador para jugar con superioridad en ataque. Esta variante no les salió nada mal a los hombres de Jorge Braz. Cuando restaba minuto y medio para el final, Portugal empató el partido. Una gran jugada colectiva que acabó con el gol de Bruno Coelho. El partido terminó con empate a dos y se jugó la prórroga. Ni Portugal ni España querían perder el partido y eso se veía reflejado sobre el campo. Las ocasiones escaseaban y prácticamente las únicas fueron algunos disparos de España que fue rechazado de manera espectacular. La clave estuvo en el último minuto. Una falta clara de España provocó el diez metros de Portugal. La responsabilidad recaía sobre Bruno Coelho, que no fallaba tras colarla por la izquierda de Sedano.