Victoria del Lealtad en Las Gaunas en un partido igualado, en el que finalmente el gol visitante a falta de un cuarto de hora para finalizar el encuentro decidió qué equipo se llevaba los tres puntos. Montero, con un gran remate de cabeza a la salida de una falta, le dio tres puntos de oro a un Lealtad que sacó petróleo de su visita a Las Gaunas. No sólo eso sino que le acerca al sueño de la permanencia, aunque sea vía promoción. No ganaba el cuadro asturiano a domicilio desde la jornada inaugural. Muchos meses esperando que un día la suerte le sonriera. Ocurrió en Logroño. El marcador, perfectamente, pudo ser otro. No en vano, la UD Logroñés desperdició un sinfín de oportunidades para haberse puesto por delante y, prácticamente, haber finiquitado la contienda. Pero el fútbol sólo entiende de goles, ni méritos ni gaitas. La fe, la entrega, el orden y el trabajo fueron elementos claves para entender el triunfo del Lealtad.

Desde el comienzo de la primera mitad, se intuyó a una UD Logroñés muy activa y peligrosa que acumuló jugadores de calidad de medio campo hacia delante en aras de ser brillantes con balón y atosigar a su oponente. Lo logró en primera instancia con varias oportunidades, como una de Ñoño que no tuvo afinado el punto de mira, como demostraría también en una llegada muy clara en la segunda mitad. El caso es que después de ese primer aluvión de juego de los locales, el Lealtad frenó el ímpetu de los blanquirrojos. Los de Roberto Aguirre no querían meterse atrás, así que presionaban para incomodar, para que les costar circular la pelota con velocidad en los primeros compases. Así fue pasando el tiempo, sin que Tejero tuviera que intervenir.

El descanso no varió la dinámica. Volvía la UD Logroñés a intentarlo, aunque sin fortuna. Posible penalti sobre Rayco, gol en fuera de juego de Ñoño. Los locales acosaban. Salvador les dio más mordiente y la velocidad de Rubén Martínez, Rayco y Ñoño explotaban. Pero Tejero respondía con creces y sin dudas.

Y justo cuando peor lo estaba pasando el Lealtad, apareció el remate de Montero para silenciar Las Gaunas. Falta desde los banquillos, balón al área y aparece el ariete para superar a Miguel. Quince minutos eternos para un Lealtad que se concentró en estar ordenado, en no cometer errores individuales y poder ralentizar lo máximo el ritmo que le iba a poner el cuadro logroñés. Rayco pudo empatar, pero Tejero lo evitó. También Chamorro, en su debut con los riojanos, pudo dar un punto a los suyos, pero su testarazo se marchó fuera. El 0-1 se mantuvo hasta el final. Mérito del trabajo, esfuerzo y la fe de un equipo que no bajó los brazos.