El Marino volvió a entrenar ayer después de la derrota (2-0) del domingo ante el San Martín y del descanso del lunes, y lo hizo con autocrítica. El equipo nunca estuvo cómodo con el balón sobre un Florán en malas condiciones y la plantilla asume que se perdió la solidez defensiva como equipo que le permitió estar 24 jornadas invicto, el récord histórico del club en Tercera.

El técnico, Oli Álvarez, adelantó ayer que el trabajo de esta semana se va a centrar en recuperar esa solidez y ya mira hacia el futuro. "La segunda derrota de la temporada nos dejó peor sabor de boca que ante el Industrial porque fue de los días que peor competimos, pero ya pensamos en ganar al Llanes el sábado (18.00 horas) en Miramar para afrontar el ultimo tramo de Liga con la ilusión por pelear por todo en una Liga que está muy guapa porque estamos en un pañuelo", señaló.

Nadie busca excusas pero, al margen del estado del campo y de los méritos del rival, el técnico encuentra una explicación en las derrotas sufridas en los problemas que tuvo el equipo para entrenar el último mes y medio debido a las malas condiciones de Balbín y la imposibilidad de utilizar Miramar por las lluvias. "Hemos hecho milagros para entrenar y nos hemos adaptado a todo, pero perdimos calidad de entrenamiento y eso es una carencia importante para un equipo con nuestras aspiraciones. Por eso espero ir pisando poco a poco Miramar porque es importante para seguir en la pelea".

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