José Antonio Domínguez (26 años) rescindió ayer su contrato con el Avilés por los "cuatro meses" que, según el futbolista, le adeuda el club y se despidió de sus excompañeros en La Toba. El central barcelonés, aunque afincado en Huelva, debutó en la cuarta jornada en El Candín ante el Tuilla y más tarde enlazó dos lesiones que le mantuvieron fuera del equipo dos meses, primero al romper el gemelo izquierdo y después por un edema óseo en la rodilla izquierda. Jugó los últimos once partidos y marcó un gol al Colunga. Estas son sus razones para irse:

Situación insostenible. "Llevo aguantando y tragando desde que llegué. No me he quejado en ningún momento y he aguantado hasta que he podido, pero el cuerpo me ha dicho basta. Yo creo que tengo el apoyo de todos los compañeros y del cuerpo técnico. Se lo dije al club antes del partido contra el San Martín y creo que es una decisión comprensible al cien por cien".

Decisión personal. "No tiene nada que ver con la sentada de Sotrondio el domingo ni una represalia del club, ha sido todo cosa mía. He llegado a una situación límite porque me deben cuatro meses, vivo a mil kilómetros de mi casa y no se puede vivir así".

Medida muy pensada. "Llevaba tiempo pensándolo, no es cosa de un día, un calentón. Ellos intentaron convencerme, pero la semana pasada la pasé muy mal porque fueron muchas noches sin dormir, le di muchas vueltas, y al final decidí que sería mi último partido aquí. No había marcha atrás, incluso más allá del tema económico ya no quería seguir".

Acuerdo amistoso. "No he recibido nada de dinero, sólo un reconocimiento de deuda porque lo importante para mí era que se solucionara pronto todo e irme con mi familia para tranquilizarme".

Conciencia tranquila. "Me voy a gusto porque incluso he jugado muchas veces lesionado, sin estar al cien por cien y lo he dado todo. Este año no puedo fichar por nadie pero sólo pienso en descansar, sobre todo la mente porque ha sido una temporada muy dura desde el principio".

Bonito proyecto. "Llegué con ilusión porque me gustaba el proyecto, pero las circunstancias del fútbol algunas veces se dan así. Yo he seguido adelante siempre a pesar de las dificultades y me voy con la alegría de haber conocido muy buenas personas y unos compañeros que merecen un monumento por todo lo que están aguantando. Además, para mí es un orgullo haber jugado en el decano del fútbol asturiano".

Temporada inestable. "Todo fueron problemas e incertidumbres desde el principio con el tema de que había dos equipos. En diciembre algunos compañeros decidieron irse y otros nos quedamos, aunque en mi caso me pude marchar en enero y nunca he sido egoísta, pero yo no puedo aguantar más. Con la situación que tengo merezco mirar por mí y por eso he decidido marcharme en este momento".

Futuro negro para el Avilés. "Pienso que hay bastante calidad porque el equipo se reforzó bastante bien en enero. Es verdad que las cosas no están funcionando, pero quedan nueve partidos, estamos a tiempo y confío en que mis compañeros van a sacar esto. Espero de corazón que así sea".