El Avilés está viviendo una temporada atípica en todos los sentidos que llevó a los dos técnicos que pasaron por el banquillo, Iván Palacios, que dimitió tras perder el 22 de octubre (1-3) con el San Martín en el Suárez Puerta, y el actual, José Luis Díaz, "Xiel", a establecer el récord de utilizar a 49 jugadores en las 29 jornadas disputadas (30 son del primer equipo, cuatro del filial, y quince juveniles). Y aún pueden ser más porque el club busca refuerzos entre los profesionales en paro en su intento de seguir en Tercera.

Los problemas institucionales y judiciales del verano entre José María Tejero y el exgestor del club, Álvaro López, pasaron factura. Primero por la tardanza en formar la plantilla y posteriormente por la marcha de futbolistas debido, sobre todo, a los impagos acumulados. El equipo empezó a entrenar el 15 de agosto en Tabiella sin porteros y con diez jugadores: Anselm, Santa, Adrián, Coutado, Chus, Pablo, Carlinos, Alexis, Barragán y Santos, aunque pronto llegó el portero Lucas Anacker que estaba con el Real Avilés de López. En diciembre había entre nueve y doce efectivos, y Xiel clamaba por futbolistas. La llegada de nueve refuerzos entre diciembre y enero normalizó la situación hasta formar una plantilla con 20 jugadores.

Palacios empezó la Liga ante el Praviano (0-0) en casa con los once justos: Lucas Anacker en la portería; Anselm y Barra en los laterales; Santa y Fonso centrales; Chus y Carlinos en el centro del campo; Santos y Alexis en las bandas; Coutado en la media punta; y Adrián (lesionado de larga duración) arriba. Y tuvo que completar con los juveniles Luismi, Adrián Feito (que jugaron unos minutos), Manu Delgado (portero), Lucas, y José Antonio.

Más tarde llegaron jugadores contrastados como el portero Carlos Castro, que volvía al club; los defensas Vázquez, Sergio Menéndez, Thomas, Expósito (cedido por el Sporting) y Domínguez; los delanteros Luis Nuño (que también estaba con el Real Avilés de López) y Pablo Tineo (cedido por el Oviedo); y el centrocampista Adama Touré, que llegó a debutar con el Sporting.

El equipo cogía consistencia, pero pronto llegaron las bajas. Las primeras, Ángel y Alexis, por decisión del club, a los que siguió Santos. Y a finales de noviembre las de titulares como Fonso (el primero en irse por los impagos), Vázquez, Adama, Chus, Sergio Menéndez y el portero Lucas Anacker, que fue cedido al Burgos (Segunda B) tras impresionar en el club castellano en la Copa del Rey.

El último partido "normal" fue la victoria (1-0) ante el Llanera, pero Xiel no tenía en diciembre jugadores para entrenar ni para jugar y tuvo que tirar del filial y del juvenil, aunque con cuentagotas porque los chavales no pueden entrenar por las mañanas por motivos de estudios y el club también era reacio a cederlos porque todos los equipos estaban muy justos. La falta de futbolistas explica el gran número de jóvenes de la cantera que debutaron con el primer equipo porque la mayoría de ellos tuvo minutos.

El delantero Omar Tranche y el portero avilesino Borja Piquero fueron los primeros en fichar en diciembre y se hizo ficha del primer equipo a Marcos y a Santa, que empezaron con licencia del filial, de Primera Regional. En enero llegaron Nico Pandiani, Jairo Huerta, Balsera, Gastón Cesani, Mathieu, y los hermanos Miguel y Toni Escobedo.

El equipo cambió radicalmente, aumentó la competitividad y la calidad de los entrenamientos y Xiel encontró un once base con Borja Piquero en la portería; Santa, Marcos, Domínguez y Pandiani en defensa; Gastón medio centro defensivo; Balsera y Carlinos en el centro del campo; Jairo Huerta en la derecha, Mathieu en la izquierda; y Luis Nuño en punta. Un equipo base que admitía cambios con hombres vitales como Thomas (lesionado durante más de tres meses), Coutado, Anselm o Pablo Tineo (también lastrado por las lesiones).

La alegría duró poco porque jugadores como Mathieu primero, el argentino Gastón Cesani y últimamente Nico Pandiani se lesionaron debido, sobre todo, a que acusan la dureza del césped artificial de La Toba. El equipo no acaba de estar completo y la marcha esta semana del central Domínguez, por los impagos, añade otro motivo de preocupación en el decano de fútbol asturiano, que pasó en cuatro años de jugar para ascender a Segunda División a pelear por no bajar a Preferente.